Retroceso…

18 diciembre, 2014

Escribe JAVIER CONDE GUTIÉRREZ

Es una lástima que los partidos políticos con representación en el Congreso Local, no se hayan puesto a trabajar en una reforma electoral a fondo, rica en contenido y que constituyera un avance en términos democráticos para Tlaxcala; todo indica que la misma se reducirá a un parche cargado de ambiciones desleales.

Lo que anunciaron, los legisladores como un gran tema de debate, simplemente, ellos mismos se han dedicado a postergar el análisis y discusión de un documento que incluya aspectos básicos de la reforma federal, pero en el ámbito local no hay nada en la materia, todo está en el tintero.

Esto obliga a pensar que los propios partidos no están en la disposición de fortalecer el terreno electoral frente a unos comicios complejos, quizás los más difíciles de los últimos 30 años en Tlaxcala, por el cúmulo de intereses que habrá.

Bajo este escenario, la propia propuesta del gobernador del estado, Mariano González Zarur, ha sido desmenuzada, empero, se ha debatido demasiado si la reducción de diputados locales, realmente perjudicaría a la “chiquillada” que ya mostró su rebeldía.

Con base en lo anterior, se ha hablado mucho sobre el tema, sin embargo, la falta de respeto a los acuerdos ha permitido que se rompa con la mesa de diálogo por parte de los integrantes de la Comisión de Asuntos Electorales que preside Eréndira Jiménez Montiel.

Y qué decir de los integrantes de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCCP), se han enfrascado en un debate estéril que ha conllevado a la pérdida de tiempo, cuando en décadas anteriores había propuestas de avanzada, pese a las marcadas diferencias entre los actores políticos.

Basta recordar que el titular del Poder Ejecutivo, Mariano González Zarur remitió al Congreso Local -a mediados del año- una iniciativa de reformas constitucionales en materia electoral, en la que plantea nueve temas básicos.

En este paquete propone la reducción del número de diputados, las candidaturas independientes, la celebración de la jornada electoral el primer domingo de junio, la modificación de las fechas de toma de posesión para gobernador, diputados locales y ayuntamientos.

Además, del establecimiento en la concurrencia de la elección de diputados locales con los comicios federales intermedios a celebrarse a partir del mes de junio de 2021, sin embargo, el debate en general de la reforma se ha detenido y todo se ha reducido a la declaracionitis.

Dentro de este terreno lleno de complicaciones, de desaciertos, de claroscuros sería importante que los partidos políticos reflexionaran qué tan importante sería tener una ley electoral de avanzada, acorde a las exigencias que requiere Tlaxcala.

La pobreza legislativa en la que transitan los propios diputados hacer pensar que será una ley que involucre en su mayoría asuntos de la reforma electoral federal, pero esto obliga a pensar que el Congreso tiene que armonizar obligatoriamente 14 leyes secundarias más.

Rememoro que la iniciativa del Ejecutivo también busca armonizar la legislación local con lo dispuesto en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos y otros ordenamientos nacionales en la materia, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo del 2014.

No obstante, es desagradable observar que los legisladores se han enfrascado en una discusión terrible para saber si es viable reducir a 21 el número de diputados o bien dejarlo en 32 como se encuentra actualmente. Las opiniones de la vox populi han sido muchas pero los señores diputados tienen oídos sordos.

El propio Marco Antonio Mena, coordinador de la bancada del PRI ha mencionado que existe el interés de sacar adelante este punto en los próximos días, pero queda la duda si el tiempo, las circunstancias políticas lo permitirán.

Es preciso decir que los líderes de los partidos políticos y sus diputados no han sido capaces de superar las grillas y que el pagano de sus ambiciones desleales será el pueblo de Tlaxcala, porque aquellos caminos de la democracia parecen intransitables.

Un propósito de año nuevo sería que los 32 diputados se quitaran la máscara y observaran en realidad si la última reforma electoral fue productiva con su famoso recuento del voto por voto, casilla por casilla. De esto, sólo generó violencia en al menos 14 municipios cuyos habitantes optaron por trastocar la ley.

El grueso de los tlaxcaltecas deseamos que los diputados se pongan a trabajar, que no descansen tanto, porque estamos a tiempo de evitar que las elecciones de 2016, se conviertan en el descrédito democrático; necesitamos pasar del aletargamiento a lo propositivo.

Mi carta para los Santos Reyes -en términos políticos- sería que los dirigentes de partidos, los diputados y el mismo gobernador entendieran que primero está Tlaxcala, antes que saciar sus propios intereses, todo por la lucha por el poder.

De paso, aprovecho para enviar una sincera felicitación a todos mis lectores con motivo de la Navidad y del Año Nuevo que está por venir. Deseo que todos sus propósitos se cumplan para 2015, pero en estas fiestas decembrinas hay que promover la paz que tanta falta hace en este país, de infinitos contrastes. Lo mejor para todos ustedes y nos leemos hasta la primera semana de enero.

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