Tarde o temprano…

14 octubre, 2014

Desde la REDACCIÓN

En lo político, tarde o temprano tendrá que darse un relevo generacional en Tlaxcala, sin embargo, una vieja guardia que se forjó hace más de tres décadas insiste en mantenerse en el poder, lo que demuestra que las elecciones de 2015 y 2016, serán cruciales, precisamente, porque vendría el reacomodo de fuerzas.

Bajo este escenario, una corriente política de jóvenes relativamente ha comenzado a trazar -cada quien desde sus trincheras- sus propios proyectos, con la idea de posicionarse entre la sociedad, empero, aún observamos una marcada ineficacia y falta de compromiso para enaltecer la actividad política en la mayoría de ellos.

Y es que tales discípulos han aprendido también los mismos vicios de sus propios maestros y que se traducen en servirse del poder para saciar sus intereses, pero la ciudadanía se pregunta dónde está el compromiso, el profesionalismo, pero sobre todo la honradez de los mismos actores en el ejercicio de político y público.

Ahora bien, la clase política que forjó Emilio Sánchez Piedras, exgobernador de Tlaxcala -en su sexenio de 1975 a 1981- simplemente es la que ha administrado el estado, salvo dos casos, José Antonio Álvarez Lima y Héctor Ortiz Ortiz, que en el fondo llevan la misma piel.

Está claro que a la política se le debe conocer desde las entrañas del poder y para ello, es necesario evocar el pasado y darse cuenta que Beatriz Paredes Rangel, Tulio Hernández Gómez, Alfonso Sánchez Anaya, y ahora Mariano González Zarur, provienen de la misma escuela, pero no comparten la ideología de Sánchez Piedras.

La realidad nos dice que es importante analizar la mayoría de ellos, se aferra a dejar el poder como el caso de Beatriz Paredes, Alfonso Sánchez, Héctor Ortiz y Mariano González Zarur. Los cuatro han creado sus propios grupos para conservar su permanencia, pero la mayoría no tiene una clara visión de servicio.

Tampoco se descarta que en las elecciones federales venideras, Sánchez Anaya y Ortiz Ortiz, busquen una diputación para seguir activos; de ser así, ambos se someterán al escrutinio público, y seguramente, uno de los dos quedará mal parado con la historia de Tlaxcala, porque está sabedor que su desempeño como gobernante sigue siendo cuestionado por la vox populi.

Forzosamente, la nueva camada de políticos buscará enquistarse en el poder, pero no hay que olvidar que las elecciones de 1998 y 2004, les abrieron la posibilidad a varios para acceder al mismo. En esta nueva fuerza política generacional hay actualmente alcaldes, diputados locales y federales, así como senadores que anhelan gobernar el estado, pero en realidad quién está verdaderamente preparado para asumir el reto

La lista de quienes se perfilan para suceder a esta vieja clase política es bastante amplia, pero sólo uno de los interesados solamente llegará a encabezar ese nuevo relevo generacional, pero insistimos quién de los aspirantes tendrá el capital político y económico para afianzarse de cara a la sucesión de Mariano González.

Es necesario decir que el sistema de partidos en la entidad, atraviesa una gran crisis de credibilidad donde pueden más los intereses personales, económicos que el verdadero ejercicio de la política, por esta razón, los institutos políticos están obligados a recuperar la esencia de sus principios porque serán pieza fundamental para cambiar la esencia de su funcionamiento.

En términos generales, los aspirantes a gobernador tendrán también la encomienda generacional de hacer una política audaz, eficaz y certera porque el pueblo ya no soporta a más políticos corruptos, es decir, quienes aspiren a gobernar tendrán que entender que en su equipo de trabajo tendrá que haber gente eficiente y con un alto espíritu de honradez.

Así es que Lorena Cuéllar Cisneros, Aurora Aguilar Rodríguez, Adriana Dávila Fernández, Marco Antonio Mena Rodríguez, Ricardo García Portilla, Alejandro Aguilar López, Adolfo Escobar Jardínez, Anabell Ávalos Zempotaltécatl, Gelacio Montiel Fuentes, entre otros, deberán que llevar en sus manos un ABC, en el que recuerden que Tlaxcala, es más grande que los intereses de aquellos que la canija tentación les ha ganado.

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