Obstaculiza efectivo de la Policía Federal ejercicio periodístico

29 octubre, 2014

Cuando la relación entre sociedad y fuerzas del orden público se encuentra en su parte más sensible, debido a que en diferentes puntos de la geografía nacional, se ha puesto en duda su desempeño, pero sobre todo el actuar de los uniformados, Tlaxcala no es la excepción, ya que recientemente reporteros de distintos medios de comunicación, sufrieron la agresión y prepotencia de un servidor público federal.

De manera hostil actuó un elemento de la Policía Federal (PF), identificado como el Oficial Angulo González, el que el pasado 16 de Octubre, en la carretera federal Texcoco-Ocotoxco, en el tramo comprendido entre Calpulalpan y Nanacamilpa, a la altura del centro de acopio de cebada, que se encuentra aledaño al Hospital General de Calpulalpan.

Donde al retornar a la capital tlaxcalteca, representantes de medios de nacionales, locales impresos y digitales, recorrían la carretea después de cubrir el evento protocolario de anexión de Calpulalpan al estado, donde por un día se concentraron los tres poderes en ese muncipio.

Es así como los cuatro representantes de distintos medidos de comunicación, se percataron que a varios metros de la cinta asfáltica se encontraba en terrenos de labor, una nodriza (madrina), la que cargada con vehículos siniestrados, se presume habría perdido el control para dejar la vía de comunicación y posteriormente quedar en la forma descrita.

Fue entonces que, quién escribe las presentes líneas, en compañía de otro reportero, nos dirigimos con cámara en mano -observando las medidas de seguridad necesarias para captar fotográficamente el hecho- intentando dar cobertura y caminando en línea paralela a la carretera.

Lo que fue interrumpido abruptamente por un elemento de la Policía Federal (PF), quien a grito abierto y caminando sobre la carpeta asfáltica, quiso evitar fueran tomadas fotografías del siniestro, como sí intentará a ocultar algo, incluso llegó a prohibir la captura mediante fotografías de su patrulla y su persona, pero principalmente de cómo realizaba su trabajo.

Después de acercarse al primero de los reporteros, el uniformado, lo abordó de manera agresiva y con voz alta, exigiéndole que no tomará fotografías, esto al tiempo de exigir que se identificara, sin atender el comentario de que se realizaba labor periodística en representación de medios de comunicación.

Acto seguido, visiblemente alterado el federal, que tripulaba la radio patrulla número 13631 de la PF, se dirigió a este reportero a quien también le exigió acreditara su personalidad como representante de algún medio, orden que fue atendida de manera satisfactoria ya que el medio que se representa otorga la identificación como integrante del periódico que pública la presente nota.

No obstante, sin bajar el tono de su voz, el servidor público, revisó a placer la credencial del reportero, la cual retuvo en su poder, con el argumento de querer corroborar los datos que contiene, argumentando que existen vivales que portan credenciales de prensa apócrifas para realizar actos anómalos.

Fue entonces que se retiró, del punto donde encaró a los reporteros, para abordar su radio patrulla y realizar el supuesto análisis de los datos que le fueron entregados sin ninguna traba, aclarando que los representantes de los medios de comunicación portaban vestimenta con rótulos de PRENSA, que da fe de su labor.

Ante esto los reporteros estaban desconcertados, por la mala forma de actuar del policía federal, quien ordenó no se retiraran, para después poner en marcha su unidad y retirarse del lugar, sin decir mayor palabra.

En tanto, sabedores de la buena relación de la prensa con la policía federal en Tlaxcala, se logró hacer contacto con Julio Alberto García Hernández, el Coordinador Interino de la corporación en la entidad, a quien de manera breve se explicó y se hizo de conocimiento lo que estaba ocurriendo en esos momentos, sobretodo la actitud negativa de su subordinado.

Quien se comprometió a atender el caso y llamar al titular de la estación Calpulaplan, para aclarar la situación, a lo que minutos después fue atendida de manera pronta por el mando inmediato, quien afirmó mediante llamada al celular del que escribe, garantizar que se aclararía cualquier duda para dejar a los comunicadores proseguir con su trabajo.

Sin embargo, al estar los reporteros estacionados abordo del auto, en que se trasladaban en espera de que efectivamente se resolviera la situación, se estacionó una grúa frente al vehículo y detrás de este la patrulla del oficial de la PF, el que descendió y se trasladó del lado del conductor, ordenando en varias ocasiones con voz imperante, a quien estaba al volante a que descendiera.

Lo que obviamente no fue obedecido, obteniendo como respuesta que sólo si se contará con una orden de un Juez acataría la orden, lo que obligó al servidor público a analizar y reconsiderara su postura, dirigiéndose a quien escribe estas líneas a que descendiera para continuar con su arenga.

En la que sostuvo, con un librillo en una de sus manos y la otra, la que siempre cercana a su arma de cargo, que un artículo le daba facultades de que quien no obedeciera las órdenes del representante de la autoridad (él), podría ser asegurado y remitido ante el Ministerio Publico, para ser sancionado.

Al estar frente a la patrulla el policía agresor, intentó por el radio de su unidad, el matra y hasta en su celular, lograr comunicación con su central, buscando cuadrar algún tipo de ilícito o configurara alguna cuestión anómala, a lo que desistió minutos más tarde, después de que fue cuestionado por el reportero de si ya había hablado con su superior.

A lo que alegó, que ya tenía conocimiento de que efectivamente se trataba de reporteros plenamente identificados, para después afirmar que el obedecía órdenes, pero que nadie le enseñaba como hacer su trabajo, el cual cumplía en ese momento.

Entonces fue que Angulo González, trató de explicar las razones de su intransigente actitud, diciendo que lo hacía para evitar que la integridad de las personas corriera peligro, ya que esa es una de sus responsabilidades, donde es de aclarar que siempre tuvo su mano sujetando su arma.

Finalmente, sin bajar el nivel de su voz, pidió a este reportero su credencial de elector hasta en tres ocasiones, -orden que también fue atendida-, la que al tenerla en sus manos transcribió los datos personales, entre ellos el domicilio particular, siendo anotados los mismos en una hoja blanca, sin dar una explicación del porque de acción.

Procediendo a entregar los documentos al comunicador, sin siquiera ofrecer por lo menos una disculpa por su altanera y agresiva forma de actuar. Lo que dista por mucho, con la nueva filosofía y forma de trabajar de los elementos de esa corporación.

Quienes deberían cumplir la nueva temática de «Proteger y Servir a la Comunidad», que está enmarcada en la «Proximidad Social» que a últimas fechas es uno de sus principales parámetros, dejando fuertes dudas, de lo que podrían padecer, los ciudadanos que tienen que circular por ese tramo carretero.

* Información SERGIO ESPINOZA

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