13 abril, 2014
Desde la REDACCIÓN
El empoderamiento y la soberbia parece que rondan las oficinas del dirigente estatal del PRI, Ricardo García Portilla quien cree siempre gozará de tales “garantías”, empero, tiene el reto de sacar al Revolucionario Institucional, de este atolladero.
Y es que la actitud asumida en los últimos días por el líder priísta que es una imposición del gobernador Mariano González Zarur, demuestra que perdió rápidamente el piso. Las versiones de que despidió a trabajadores ha crecido aún cuando él lo niegue.
García Portilla, pregonó a los cuatro vientos -este domingo- que su “equipazo” no constituirá un experimento para los procesos electorales de 2015 y 2016, pero lo cierto es que el exsecretario de Finanzas sólo piensa en la diputación federal.
Dicha actitud, poco le abonará al tricolor para lograr una verdadera reestructuración y hay un alto riesgo de que en las elecciones de 2015 y 2016, los resultados sean adversos para Ricardo García y para todo el priísmo.
Lo cierto, es que al gobernador no le quedó otro camino que tirar “línea” para que los exdiputados locales, Teodardo Muñoz Torres y Silvestre Velázquez Guevara, se unan al trabajo político de un partido que está partido. Por lo menos algunos reporteros no olvidan los yerros que cometieron ambos exlegisladores.
Esto indica que quizás sean sus mejores piezas -al igual que la cuestionada excomisionada de la CAIPTLAX, Mayra Romero Gaytán- para renovar a un partido que no tiene timón mucho menos aspirantes para retener la gubernatura.
En términos generales, el líder estatal y su “súper equipazo” tienen el reto de entregarle cuentas claras al priísmo y al mandatario estatal, pero con actitudes de soberbia como las que rondan en el descuidado edificio del PRI será difícil que lo logren.
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