09 agosto, 2013
Escribe JAVIER CONDE GUTIÉRREZ
Desde la creación de la Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala (Caiptlax), siempre ha estado sumergida en el escándalo y de poco ha servido a la sociedad tlaxcalteca.
Lo cierto, es que desde sus primeros integrantes Francisco Mixcoatl Antonio, Arturo Popócatl González y Alma Inés Zamora Gracia siempre mantuvieron una disputa por el control de la misma comisión y más aún por saciar intereses personales.
Otro punto que deben recordar muy bien los entonces diputados y el propio auditor, Crispín Corona Gutiérrez, es que los tres primeros comisionados instauraron la entrega de compensaciones, lo que debió de ser un asunto ilegal pero se dio.
Uno de los excomisionados dijo en tono de broma -a quien redacta estas líneas- que los actuales comisionados no supieron negociar con los integrantes de este poder, lo que de plano raya en el cinismo.
Y es que una vez instaurado dicho imperio de la impunidad los actuales comisionados han realizado las mismas actitudes pero ahora dentro de su presupuesto se han otorgado hasta una partida para viajes al extranjero, entre otros, excesos.
Si hay duda de lo anterior, basta revisar lo que es su presupuesto de 2013, para darse cuenta que desean vivir con todas las comodidades cuando poco hacen para lograr que Tlaxcala, ya no ocupe uno de los últimos lugares en este sentido.
En términos generales, se ha convertido en un negocio redituable ser comisionado de la Caiptlax porque en dicha dependencia hay gastos para viajes, compensaciones, privilegios y hasta ahora buscan ganar como magistrados.
Dos asuntos que preocupan…
Vaya que preocupa la actitud asumida por el gobierno del estado, en torno a la aparición de un grupo de autodefensa en el municipio de Papalotla que supuestamente cuidará a los mototaxistas de abusos por parte de las autoridades.
Y la otra sobre lo que está pasando en la comunidad de Mazatapec, donde un grupo de habitantes de Tequexquitla mantienen una actitud de rechazo en cuanto a la operación de la empresa Clorobencenos. ¿Por qué no hay diálogo?