31 julio, 2013
Este martes por la noche, en un tramo en reparación de la carretera Tlaxcala-Apizaco, varios vehículos registraron impactos de objetos contundentes todavía desconocidos, en la estructura de algunos vehículos de pasaje, lo que alertó a los choferes y viajantes, quienes no comprendían lo sucedido.
Alrededor de las 22.00 horas de este martes, varios vehículos de transporte de pasaje de la empresa Autotransporte Tlaxcala, Apizaco, Huamantla, S.A. de C.V. –ATAH-, fueron el centro de una agresión, donde hasta el momento se desconocen las causas y las características de los proyectiles que se impactaron fuertemente en contra de los automotores.
Los que suman al menos unas cuatro vitrinas, un autobús ejecutivo y una camioneta Sprinter, siendo esta última, la que presentó mayores afectaciones cuando circulaba con sentido a la ciudad de Apizaco, a la altura del puente de San Benito Xaltocan por el deshuesadero y la planta de tratamiento de aguas residuales.
Donde de acuerdo a las versiones, al trasladarse desde Tlaxcala a la ciudad modelo, en la unidad 33 de las camionetas blancas, Marca Sprinter, color blanco, con placas de circulación 577 AU8 del Servicio Público Federal –SPF-, la cual tenía cupo lleno a razón de que era una de las ultimas corridas del día.
En la que se escuchó un fuerte impacto en la ventanilla intermedia derecha, según versión de Flavio González, quien era el ocupante de ese asiento el que se había agachado para levantar el celular de su mujer que había caído al piso, ya que venía dormitando.
Que fue justo en ese momento cuando tras el impacto, en fracciones de segundos que el cristal de la ventanilla se hizo añicos, y poco después cayo gran parte del mismo, lo que alertó al chofer y a los ocupantes de la unidad, obligándolos a apresurar su avance a pesar de que ese tramo carretero se encuentra en construcción.
Asimismo algunas otras unidades de la empresa de transportes, reportaron agresiones similares, lo que marco el alto más delante de un autobús ejecutivo, y de algunas otras Sprinter, las que daban la voz de alerta por la serie de agresiones registradas.
Ya en la terminal de ATAH, centro neurálgico de la empresa, los operadores y algunos pasajeros intercambiaban impresiones de la odisea vivida momentos antes, donde no se podía determinar que objetos habían impactado en contra de las unidades, donde incluso se manejó la posibilidad de alguna bala perdida, situación que no pudo ser corroborada por los testigos.
Quienes solo atinaron a comentar, que el objeto o proyectil no se encontraba por ningún lado y desconocían también si otras unidades particulares habrían salido afectadas.
* Información de SERGIO ESPINOSA