17 junio, 2013
Desde la REDACCIÓN
El pacto de civilidad político-electoral de Tlaxcala simplemente se lo han pasado por el arco del triunfo los candidatos a diputados locales y presidentes municipales de la entidad, porque la “guerra sucia y mediática” sigue.
En los diversos medios de comunicación de la entidad, nos podemos dar cuenta que los abanderados de los diversos partidos políticos hacen diversos señalamientos sobre presuntas agresiones de tipo verbal.
Lo anterior, demuestra que los líderes de los partidos políticos sólo firmaron un documento carente de credibilidad, ya que no se observa en los hechos.
Y es que desde la firma misma el Consejo General del Instituto Electoral de Tlaxcala y ocho de nueve partidos políticos pasan por alto el espíritu de hacer valer el Estado de Derecho, lo que demuestra falta de visión.
Es lamentable, que algunos candidatos del PRI, PAN, PRD, PT, PAC, PS, PVEM, PANAL y de Movimiento Ciudadano, se quejen de las acciones que realizan algunos adversarios suyos, lo que demuestra que el siete de julio será complejo.
Lo cierto, es que tampoco la mesa Plural-Electoral derivado del Pacto por Tlaxcala, ha servido como un foro democrático para enriquecer el ejercicio de la política, sino por el contrario, es un verdadero ring de la denostación.
En términos generales, los pactos no sirven de nada y lo mejor sería que los consejeros, los partidos políticos, candidatos y simpatizantes se rijan sobre el marco legal y se dejen de apasionamientos que poco abonan a la democracia.
La cargada…
En los pasillos de Palacio de Gobierno, se dice que prácticamente todos los titulares de dependencias andan en campaña político electoral, lo que demuestra que la cargada del PRI a favor de sus candidatos será un hecho.
Se rumora que los funcionarios tienen asignado un distrito y municipio, para hacer valer su presencia y ganar votos para el próximo siete de julio; sin embargo, sería grave utilizaran recursos públicos y que lo hicieran en horas de labor.
Como dice el dicho…
Cuando la senadora Adriana Dávila Fernández exige que los funcionarios saquen las manos del proceso electoral nos hace recordar aquel famosísimo dicho: “El burro hablando de orejas”.
Acaso ya no recuerda que hasta el perico de su casa se lo llevaba a hacer proselitismo. Claro, eso lo dicen sus propios excolaboradores y hasta amigos.
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