27 mayo, 2013
Desde la REDACCIÓN
El Partido Acción Nacional (PAN), de plano navega en un mar grisáceo y sus dirigentes no han entendido que divididos no llegarán a puerto seguro, aún cuando porten con una bandera de triunfadores.
La muestra es que su dirigente nacional, Gustavo Madero Muñoz, simplemente, no le interesa escuchar a los diversos grupos de panistas que han pedido inclusión y lo único que encuentran es oídos sordos.
Simplemente, hay voces que reclaman ser escuchados, sin embargo, los líderes del albiazul sólo desean saciar sus instintos de poder, por lo que los resultados no han sido nada halagadores en términos de unidad.
Y es que Gustavo Madero se ha dejado manipular por parte de varios grupos que no han sabido permear, respecto a la distribución de candidaturas a diputados, presidentes municipales y de comunidad.
Por ejemplo, en la capital al igual que en otros municipios los candidatos a alcaldes les ha ganado la tentación y han colocado a sus cuates, súper cuates y han dejado atrás la inclusión de cuadros que son redituables electoralmente.
Asimismo, en Apizaco hay un candidato bajo las órdenes de Orlando Santacruz Carreño que hace todo lo que le diga el propio presidente municipal y queda claro que dicha campaña está condenada al fracaso electoral.
Así de sencillo, la ambición de Orlando Santacruz y la de la senadora de la República, Adriana Dávila Fernández ha podido más que la razón de los propios panistas.
En dos municipios claves electoralmente las perspectivas panistas son pocas en torno a la elección de alcaldes contrario a lo que pudiera suceder con las de diputados locales que en varios distritos algunos pueden dar una sorpresa.
Pero la actitud asumida por el dirigente nacional, Gustavo Madero en ignorar a la militancia y sobre todo dejarla “plantada”, no hace otra cosa que demostrar que no le interesa lo que pase en Tlaxcala, el próximo siete de julio.
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