Conmemoran XCII Aniversario de la “Carga al Sable”

05 mayo, 2013

Autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el Gobierno del Estado y el ayuntamiento de Apizaco encabezarán la ceremonia conmemorativa del XCIII Aniversario del episodio histórico denominado “La Carga al Sable”, que se realizará el nueve de mayo con la inauguración del monumento a “La lealtad” y la escenificación del hecho histórico.

En el marco de 100 años del ejército mexicano y como parte de las acciones coordinadas que realizan los tres niveles de Gobierno para difundir la historia de México, que da identidad y arraigo a los pueblos, se recogerá la participación de Apizaco en los episodios históricos nacionales.

Los cadetes de la Escuela de Caballería del Ejército Mexicano y activos de la 23 Zona Militar darán vida a las tropas carrancistas y obregonistas en el episodio histórico nacional “La Carga al Sable”, que tuvo lugar un ocho de mayo de 1920 en Apizaco.

El primer acto se llevará a cabo en el bulevar 16 de septiembre, esquina con calle Marcial Águila González, mientras que la representación se efectuará en la carretera Apizaco-Muñoz, a la altura del entronque a la comunidad de Morelos.

Ese día, el Presidente de México, Venustiano Carranza se dispuso a salir, con todo su gabinete, a Veracruz; utilizó como trasporte el ferrocarril y fue escoltado por los dragones del regimiento general Ignacio Allende, formado por alumnos de la Escuela de Caballería del Colegio Militar, quienes se embarcaron en los últimos carros vacíos del tren.

Cuando el convoy se internó en Apizaco, Tlaxcala, las fuerzas enemigas al mando de los Generales Máximo Rojas y Reyes Márquez, atacaron de improviso el tren presidencial.

En medio del tiroteo, el Coronel Rodolfo Casillas, comandante en jefe de la Escuela de Caballería, desembarcó a sus dragones que rodearon una pequeña loma y defendieron con bravura y honor al Presidente. En esta batalla los jóvenes constitucionalistas vencieron al enemigo.

El propio Casillas narró en sus memorias: “los defensores del honor militar de su arma, de su Escuela y su Colegio se precipitan sobre los rebeldes obregonistas al galope, arrollando a los infantes bajo el andar de sus fogosos corceles, y blandiendo el honorable sable, ciegamente tras su estandarte, entrando en lid gloriosa contra los enemigos del orden.

No se continuó la persecución del enemigo por no alejarnos mucho de los trenes y porque ya empezaba a caer la noche. Una vez reorganizado el regimiento sobre el propio terreno, regresamos a la vía y escoltamos al tren, cabalgando sobre el terraplén, en dirección a San Marcos, donde pernoctamos al final del día…”, relató el coronel.

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