20 marzo, 2013
Por JAVIER CONDE
Marcos Sampedro Jiménez, el conductor de la camioneta que llevaba 75 gruesas de cohetes -equivalente a diez mil 800 cohetes y dos bultos de las famosas bombas- rompe el silencio y dice tajante: “no me incriminen, evité una desgracia mayor”.
Este personaje a quien se considera uno de los sobrevivientes de aquella tragedia que enlutó a Nativitas, confesó ayer a algunos periodistas en la ciudad de México que él no anda huyendo de la autoridad y se encuentra cuidando a su hija hospitalizada.
La conversación se da en el Instituto Nacional de Rehabilitación, donde hay unos 30 familiares de los 11 pacientes que registran diversos síntomas y lesiones producto del estallido de cohetones durante la fiesta de Jesús de los Tres Caminos.
Sampedro Jiménez, dice asustado que teme a que se le finque responsabilidad alguna, una vez que se enteró a través de la televisión de que la Procuraduría General de la República (PGR) ha iniciado una averiguación previa.
El integrante de la comisión organizadora de este festejo sostiene que en Nativitas dicen que “ando huyendo y eso no es cierto porque estoy cuidando a mi hija quien resultó lesionada producto de dicho estallido”.
Explica que el viernes pasado, cerca de las 12:30 horas, inició la procesión por las diversas calles y cuando “circulábamos sobre la avenida Santa Ana, observé cuando se formó una nube gris y comenzó a escucharse un ruido muy fuerte”.
Prosigue: “posteriormente, la nube no era gris sino negra, por lo que me baje de la camioneta para ir al rescate de mi hija, pero reaccioné y me eché para atrás la camioneta, marca Nissan, color blanco, con redilas para evitar una desgracia mayor”.
Ahora, señala que en algunos medios de comunicación se menciona que la camioneta estalló y “eso no es cierto porque me la llevé a un terreno de cultivo para evitar una desgracia mayor… imagínense que efecto hubiera causado una estampida”.
Al paso de las declaraciones, otro de los integrante de dicha comisión Israel Sampedro Bueno argumenta que no hay culpables porque todo se produjo en un accidente, donde “todos sabemos que el manejo de pólvora es un riesgo”.
Agregó que está en plena disposición para acudir a cualquier representación legal, para rendir su declaración de los hechos, pero ahorita “estamos preocupados por la salud de nuestros familiares que se encuentran aquí”.
También ambos expusieron dicha problemática al presidente municipal, Javier Quiroz Sánchez y le dejaron claro que no evadirán su responsabilidad en un acto donde regido por los usos y costumbres.