ESCÁNDALO

31 agosto, 2012

Escribe EDGAR R. CONDE CARMONA

edgarconde@indicemedia.com.mx / www.twitter.com/su_excelencia

Hace casi una semana, esta columna señaló: “La declaración del diputado local Gregorio Cervantes Díaz, es contundente: ‘los únicos que piden dinero es el auditor a través del jurídico y del responsable de la cuenta pública’ [sic]”.

El legislador local, de extracción pevemista, lanza una ofensiva que deberá probar con argumentos sólidos a menos que dentro de sus intenciones esté quedar como mentiroso”.

El representante popular asumió el reto y apenas el miércoles pasado, Cervantes Díaz evidenció pruebas con las que demuestra probables actos de corrupción en los que habría incurrido el auditor del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso de Tlaxcala, Crispín Corona Gutiérrez.

Las pruebas presentadas por el legislador incluyen desvío de recursos por casi 4.5 millones de pesos y una cuenta bancaria que no fue registrada en la cuenta pública del Congreso, desde donde se manejaron otros 1.5 millones de pesos.

Con esos 6 millones de pesos en desviados, sin dudarlo Gregorio Cervantes exige la inmediata destitución de Crispín Corona Gutiérrez.

Y tendrá que ser la Comisión de Finanzas y Fiscalización la que, en breve y sin dilaciones, emita su postura, así como las acciones que emprenderá frente a este escandaloso y denigrante caso de corrupción.

Por lo pronto, será urgente que, además de presentar una denuncia formal ante las autoridades judiciales por los delitos señalados, se cite a declarar a una decena de personas que tendrían participación en estos deleznables hechos.

Ahí resultan involucrados José Félix Morales, secretario administrativo del Congreso local; Magdalena Ramírez García, ex secretaria técnica del Comité de Administraciones; Eloy Edmundo Hernández Fierro, ex secretario parlamentario, así como Josefina Camarillo, suplente del diputado con licencia y actual alcalde de Apizaco, Orlando Santacruz Carreño.

También aparecen Rodolfo Cruz Méndez, Genaro Morales Polvo, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, Víctor Manuel Ávila García y Alejandro Espejel Alonso.

Todos ellos están obligados, moral y éticamente, a deslindar responsabilidades y aclarar este escándalo que señala, directamente, a uno de los personajes más polémicos de la historia reciente de Tlaxcala: Crispín Corona Gutiérrez.

Si los integrantes del Congreso de Tlaxcala dejan pasar este hecho, estarán, sin duda, determinando su futuro político; igual sucederá si toman acciones que permitan aclarar el destino de los recursos que presentó como prueba Gregorio Cervantes… A menos que sean ellos quienes quieran ser recordados como mentirosos y encubridores.

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