27 junio, 2012
Escribe ALEXIA BARRIOS G.
Lo bueno:
1.- Por fin, diarios, noticieros de radio y TV y comentaristas, nos mostrarán al país real, al de los muertos del narcotráfico; de los acuerdos en lo oscurito que hace Calderón antes de dejar el poder; de la corrupción en los altos niveles federales y estatales; de lo que dejó de discutirse antes de las campañas.
2.- Las redes sociales se depurarán de inmensidad de cuentas falsas (trols, bots, etc.) creadas ex profeso para promover a candidatos y partidos; para empujar temas de debate de interés de candidatos así como distractores de los temas importantes; de hostigadores contra quienes critican a sus candidatos; de quienes desde el anonimato (que es relativo) se dedican a insultar y amenazar sin ton ni son.
3.- La mierda de las campañas sucias también bajarán del escenario mediático, y se pondrán a revisión de los estrategas porque en esta ocasión, a diferencia de 2006, la ciudadanía y desde las redes sociales, permitieron neutralizarlas y contenerlas.
4.- El ambiente social estará más relajado, luego del hartazgo de recibir tanta mentira por parte de casi todos los candidatos. Habrá un periodo de reflexión, pero según los estudiosos de la psicología política, será la noche del sábado cuando finalmente los indecisos y del voto volátiles definirán sus preferencias y en ello puede influir todo lo que ocurra en las últimas horas antes de la elección.
5.- Las pasiones político personales expresadas en varios círculos sociales (familia, trabajo, vecindad, tertulias, etc.) habrán de apaciguarse (eso espero). Finalmente, como sucede en todas las democracias tropicales, la sociedad no puede quedar atrapada en el circo electorero donde los políticos alardean violencia verbal entre ellos pero por detrás siempre llegan a acuerdos.
Lo malo:
1.- Habrá en todos los partidos quienes, contra lo que reclaman, violen la legislación y no dejen de hacer proselitismo a favor de sus candidatos.
2.- Los candidatos en todos los niveles (desde los presidenciales hasta el más humilde regidor) pondrán ejércitos de operadores electorales para el día de la elección, preparados para una batalla cuerpo a cuerpo con miras no sólo a defender el voto, sino a promoverlo, a inducirlo y cooptarlo. Algo que no ha dejado de pasar y lo mismo el PRI, que el PRD o PAN. Lo hemos constatado en varias elecciones estatales, municipales y federales; ésta no será la excepción porque ya es recurrente entre los partidos (como aquella película “Pandillas de Nueva York”, donde era lucha a muerte).
3.- El narcotráfico, como nunca antes, también estará presente, aunque las autoridades lo nieguen y se nieguen a actuar para evitar que incida. Ya lo denunciamos en columnas anteriores: los grupos delictivos estarán presentes en varios procesos y detrás de algunos candidatos. Y si no, sin duda estarán para incidir de alguna manera en la tendencia del voto.
3.- La cultura de la derrota se dejará sentir con toda su expresión como cada seis años. Un déficit de la democracia mexicana es que hemos caminado en la cultura de la desconfianza y las derrotas no siempre son bien asimiladas y se busca culpar al de enfrente la incapacidad para asegurar una victoria. Así que, una vez más, en todos los frentes, se preparan las tácticas tradicionales de descalificación de resultados.
4.- Las acusaciones temerarias entre los principales candidatos (a presidente y gobernadores) quedarán sin contestarse. Algunas quedaran como mentiras, otras como simples calumnias.
5.- En redes sociales habrá algunos vivales que quieran sacar provecho a la inconformidad de los derrotados y, cuales mercenarios, quieran ponerse a replicar o promover “voluntariamente” a un clima de inconformidad.
Las dudas.
1.- El futuro de #YoSoy132 luego del proceso electoral. ¿Se sumarán los rechazados de la UNAM, IPN, UAM para revitalizarlos?
2.- El destino de cada unos los candidatos, de los que sigo pensando lo mismo (denle click a las ligas siguientes):
Por mi parte, deseo que todos salgan a votar y que estemos pendiente del resultado. Sea quien sea el triunfador, deberemos actuar con madurez, porque un escenario de conflicto o crisis en nada ayuda al país y menos a la población más pobre.
alexiabarriossendero@gmail.com