MEDIÁTICAS

22 mayo, 2012

edgarconde@indicemedia.com.mx / www.twitter.com/su_excelencia

El dedo en la llaga lo puso el presidente municipal de Chiautempan, el priísta Ángel Meneses Barbosa. Aunque sin pruebas, el edil chiautempense denunció “coacción del voto” a través del programa “Oportunidades”, de la Secretaría de Desarrollo Social, en el municipio que gobierna.

Según el munícipe, habitantes de san Pedro Tlalcuapan revelaron que funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) conminaban a los beneficiados que los recursos recibidos eran parte de un apoyo del gobierno de Felipe Calderón.

Previamente y justo a la mitad de la semana pasada, la delegada en Tlaxcala de la Sedeso, Clara Torres López había exigido, por adelantado, castigo a quienes acusaren, sin fundamento, el mal uso de programas sociales.

En La Rueda Del Infortunio del viernes pasado (18 de mayo) se mencionaron diversas teorías sobre el dicho de la delegada de Sedeso. Uno de esos supuestos, apuntaba a que el dicho de Clara Torres era una respuesta a lo escrito por Martín Ruiz a través del portal e-Consulta.

De igual manera se formuló la hipótesis de que el reclamo de la delegada estatal de Sedeso, obedecía al anuncio del PRI Tlaxcala, en el sentido de iniciar denuncias ante la Fepade en contra de Adriana Dávila, por supuestos actos de nepotismo.

En esa edición de www.indicemedia.com.mx, tanto La Rueda del Infortunio como Garganta Profunda cuestionaron este asunto y sugirieron una reorganización administrativa en la delegación de la Sedeso.

La propuesta obedeció a que la presencia de Ricardo Sánchez Cervantes, quien maneja el Programa de Desarrollo Humano “Oportunidades”, es nada menos que el esposo de la candidata del PAN al Senado de la República, Adriana Dávila Fernández.

Lo que es inaceptable, es la postura de Vicente Hernández Roldán, coordinador de delegaciones federales en Tlaxcala, quien con toda soberbia e ineptitud calificó de “mediáticos” los señalamientos.

Particularmente cuando la primera en poner sobre la mesa de discusión fue la propia delegada de la Sedeso en Tlaxcala, Clara Torres López. Más aún, cuando no había motivos para hacerlo.

Pero más irresponsable e inepta es la idea de que los medios de comunicación son los que difunden estas acusaciones “mediáticas e irresponsables”. Desconozco si Vicente Hernández Roldán sabe que la función de los medios de comunicación es dar a conocer los asuntos de interés general para la ciudadanía.

Sí queda claro que en su calidad de funcionario federal, Vicente Hernández Roldán recurre a los mismos medios de comunicación que descalifica, para dar a conocer su postura. ¿Qué habría pasado, entonces, si esos medios no le dieran difusión a sus declaraciones?

Cierto es que si el munícipe de Chiautempan, Ángel Meneses Barbosa (o cualquier otro) acusa y no tiene pruebas de su dicho, tendrá que afrontar las consecuencias jurídicas y legales que se desprendan de sus dichos.

Pero también es cierto que en nada abona a un clima de civilidad el que una instancia como la Sedeso se empeñe en mantener como responsable del Programa de Desarrollo Humano “Oportunidades” en Tlaxcala, al esposo (o algún cercano) de la candidata panista al Senado de la República, Adriana Dávila.

Especialmente porque la sola presencia de Ricardo Sánchez Cervantes en esa instancia despierta sospechas que, fundadas o no, cuestionan la legitimidad de dichos como los expuestos tanto por Clara Torres como por Vicente Hernández.

Por cierto, ni la implicada, Adriana Dávila Fernández, ni ningún otro aspirante a la Cámara Alta se ha pronunciado frente a este escándalo. Es muy lamentable e irresponsable que los candidatos no fijen posturas frente a un problema de esta naturaleza.

Eso sí, coincidimos con el coordinador de delegaciones federales en Tlaxcala, Vicente Hernández, en que es reprobable la actitud de quienes quieran utilizar los programas sociales en beneficio particular.

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