EL BULLING TAMBIÉN EN LA WEB

02 abril, 2012

Escribe SAMANTHA CONDE HUERTA

En un mundo globalizado como en el que vivimos actualmente, lleno de vanguardias y nuevas tecnologías que permiten a cualquier persona que esté en contacto con otros, es fácil emplear esas tecnologías sin importar siquiera las intenciones, sean buenas o malas; los niños, en especial los jóvenes, son quienes permanecen en un contacto más continuo con este tipo de tecnologías y lo que hacen con ellas pasa a formar parte de su responsabilidad.

Es frecuente escuchar que en muchas de las secundarias y bachilleratos del país y de todo el mundo son sedes de discriminaciones, burlas, maltratos y abusos que cometen los alumnos hacia otros alumnos; las peleas o bromas son grabadas con los teléfonos celulares, para después subirlos a la web.

A causa de este hostigamiento algunos de los alumnos abandonan las escuelas; en ocasiones, los problemas psicológicos que se producen en estos jóvenes son tan intensos que buscan salidas más extremas como el suicidio, lo que es cada más frecuente, además se ha convertido en un problema que preocupa tanto a padres como a maestros.

Alumnos, padres y maestros coinciden que se ha convertido en una costumbre el subir los videos que son grabados por los mismos compañeros de clase a las diferentes redes sociales como Facebook o Youtube, donde todas las personas se pueden dar cuenta de las humillaciones de parte de los “bravucones” hacia sus víctimas.

La idea perfecta de una escuela, es que los niños lleguen contentos a sus clases y no se sientan víctimas de la violencia, pero de acuerdo con artículos de “LA REFORMA”, se han realizado diversas encuestas en las que los resultados arrojan que aproximadamente el 87 por ciento de los alumnos –tan solo de primaria– afirman que en su salón de clases hay compañeros que toman actitudes violentas con frecuencia.

Mientras que con los alumnos de preparatoria, 7 de cada diez  afirma que los insultos, los golpes y los apodos son de carácter ofensivo y que además las burlas atraviesan las barreras de los salones de clases y llegan hasta las pantallas de quienes son los más crueles críticos: los mismos jóvenes.

Es para considerarse la educación de la información de las nuevas generaciones, pero también inculcarles el respeto y la tolerancia hacia los demás para crear ambientes de sana convivencia y los pasillos de los colegios puedan ser los lugares que los alumnos disfruten y no teman.

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