05 marzo, 2012
Escribe SAMANTHA CONDE HUERTA
A pesar del gran avance tecnológico que hemos alcanzado, el hombre en pleno siglo XXI, aún deja mostrar sus instintos primitivos ante los efectos que causa la manipulación en la publicidad, pero esta manipulación es poca si se compara con la que tienen los líderes de opinión de cada uno de los diferentes sectores sociales.
La Teoría de Lazarsfeld tiene razón: los medios de comunicación son la fuente de información que permite que el líder de opinión tenga cierto poder e influencia sobre los demás individuos que están al pendiente de lo que dice, para poder así transmitirlo a los demás, lo que genera un comportamiento común de las masas: la mediocridad.
Los seres humanos tenemos la necesidad de mantenernos en contacto con los demás miembros de la sociedad, pero el aislamiento se ha convertido en una opción frecuente de muchos, que impide una buena comunicación y por lo tanto un sano desarrollo social.
Actualmente, los mass media incrementan el número de jóvenes que recurren a permanecer inmersos en un mundo virtual que supuestamente se considera una “red social”, que en lugar de unir, aísla.
Los suicidios que se presentan con mayor frecuencia en adolescentes y jóvenes son consecuencia de este alejamiento de los grupos e instituciones sociales a los que pertenecemos. Es tanto el miedo al rechazo por quienes no piensan de la misma forma que nosotros y concuerdan con las ideologías de los líderes de opinión, que además, en ciertas ocasiones, nos confunden al momento de transmitir los valores, necesidades o normas sociales.
De acuerdo con Lasswell, la comunicación de masas debe de recopilar y distribuir la información en forma de noticias, con el fin de mantener a la audiencia al tanto de lo que ocurre en el medio.
Los medios, desde la óptica de dicho autor, hacen su propia interpretación con hechos sociales y aportan algunas propuestas de cómo reaccionar ante ellos; de cierta manera también transmiten cultura, pues informan e inculcan valores, pero su función principal es la de entretener y distraer a las masas.
La globalización nos trajo muchos cambios que permitieron un incremento de aspectos positivos dentro de la comunicación pero, de la misma forma, estos cambios se acompañan de aspectos negativos como la inestabilidad, el pánico, la ansiedad, el aislamiento y la apatía, entre otros.
Es por eso que, como sociedad, tenemos la responsabilidad de dejar la pasividad e involucrarnos más con los medios, ahora que se nos permite.