MAL DE MALES

19 marzo, 2012

Escribe SAMANTHA CONDE

Uno de los temas más polémicos en la actualidad es la sumisión del hombre provocada por la fe; pues planteamos y criticamos el hecho de que el ser humano es un esclavo de la iglesia, ya que toda conducta en contra de las leyes, normas o moral  se consideran (a pesar de los grandes avances en tecnología) como un pecado, pecado que Dios no iba a perdonar tan fácilmente. Con esto Dios y a la religión se convirtieron en dos agentes malos, crueles e inalcanzables para el ser humano y la sociedad a la que pertenecía.

Se propone que las sociedades de los bajos niveles son las que están más propensas  a la desesperación y a estar bajo el yugo de la religión.

Esto provoca al hombre la distorsión del significado de “moral”, considerándola como una característica extremadamente inalcanzable, por  lo que el mismo hombre no podría alcanzar la perfección que plantea la famosa “iglesia triunfante”.

La distorsión de estos términos orilló que entonces el ser humano se alejara cada vez más de la religión con el pretexto de que la moral es solo un impedimento para desarrollarse.

Entonces se propone rechazar a Dios cómo posible y buena solución para que el hombre pueda involucrarse en la ciencia y desarrollarla sin sentirse culpable por faltarle a Dios.

Esto es porque el hombre que se siente angustiado no puede determinar por el mismo lo que quiere hacer con su vida (y menos en un mundo lleno de propuestas superficiales y banales que nos ahogan en una idea errónea de éxito y felicidad), más bien su futuro dentro de la sociedad es determinado (en muchas ocasiones) por lo que manda la iglesia.

Dichos planteamientos llegan a ser considerados como un grado máximo de liberalismo, a pesar de que no fuera esa su terminología.

La acción del hombre en base a su razón y no a una moral distorsionada; la razón entonces es la que determina nuestro comportamiento ante todas las situaciones de nuestra vida cotidiana y entonces nos hace responsables a nosotros mismos de nuestros propio actos y conductas.

Hoy en día muchas sociedades nos regimos, tomando mucho en cuenta el mundo contemporáneo, pudiendo llegar a la conclusión de que el hombre sigue considerándose como un animal racional, el cuál posee la suficiente inteligencia para llegar a la razón, pero también tiene un alma que necesita creer.

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