EL DR. SIMI, CASTAÑEDA Y CLOUTHIER

12 marzo, 2012

Escribe ALEXIA BARRIOS

Primera aclaración semántica: Las llamadas “candidaturas ciudadanas” se refieren a las candidaturas independientes de los partidos políticos.

Si me preguntan si estoy de acuerdo con ellas, obviamente mi respuesta es afirmativa por las siguientes razones:

* Los partidos políticos representados en el Congreso han pervertido la política profesional, y se han encumbrado para que sólo ellos y a través de ellos, los ciudadanos podamos elegir a quienes nos gobiernan.

* Los partidos han hecho de la “democracia mexicana” una real partidocracia, donde el valor las prerrogativas es la que marca el valor de cada partido político.

* En la partidocracia los partidos operan más como franquicias alquiladas al mejor postor que como institutos creados por una ideología, para representar una parte del sentimiento de los ciudadanos.

* Las franquicias partidistas se alejan de los principios que les dieron vida y se alquilan para facilitar el arribo de quienes mejor pagan no quienes mejor representen los intereses ciudadanos.

* Las franquicias de la partidocracia olvidan qué es y para qué sirve el MANDATO CIUDADANO; es más, la mayoría de los legisladores no tienen ni absoluta idea de lo que esto representa.

* La partidocracia es un mal de nuestro tiempo; es una perversidad de la política, un mal que debemos combatir.

Hace años, la vieja izquierda, la auténtica vieja izquierda, pudo postular y llevar al Legislativo a importantes personalidades, líderes políticos de prestigio, a intelectuales o académicos con capacidad para debatir y proponer.

Hoy, los que se dicen herederos de esa izquierda llevan al Congreso federal y a los locales a quienes más clientela política tienen.  Hay muchos que no rebuznan porque dios es bueno; pero eso sí, tienen clientela o mucho dinero para pagar su candidatura.

En la derecha, el PAN también llegó a postular candidatos externos al instituto político. Pero también esa situación provocó crisis en varios momentos de su historia porque los doctrinarios, al verse amenazados de quedarse sin el partido que fundaron sus padres, han optado por romper con sus aliados.

Finalmente, en los últimos años, los “ciudadanos” que han llegado a ser postulados por este partido han resultado de lo más corrupto y cuestionable.

Por todo lo anterior, los “candidatos ciudadanos” , totalmente alejados de los partidos, han despertado simpatías y hasta son promovidos con intensidad en ciertos grupos políticos y sociales.

Realmente la reforma electoral de 2007 estaba considerando aceptar a las candidaturas ciudadanas, pero en el debate surgieron los pros y contras, lo que concluyó con el predominio y supremacía de la partidocracia.

Constitucionalmente, cualquier mexicano que desee ser candidato presidencial lo puede hacer; nada se lo impide. Pero el obtener el registro ante los órganos electorales es algo diferente, porque ello implicaría, en caso de que fuera aceptado, que su nombre apareciera en las boletas y hasta que pudiera recibir recursos públicos a través del IFE para su campaña.

La lucha de Jorge G. Castañeada llegó hasta órganos internacionales para que le reconocieran este derecho, negado por el Estado mexicano. Gracias a ello se abrieron expectativas para que fructificaran las candidaturas independientes.

Sin embargo, un caso fue el que alertó a la clase política: Víctor González Torres, el famoso “Doctor Simi”, el candidato botarga, quien creó un fideicomiso millonario en la fundación “Por un país mejor”, para la compra de espacios publicitarios en radio y televisión nacionales, espectaculares en todo el país, utilizando sus farmacias de similares para que sus empleados promovieran su candidatura y valiéndose dela alianza con su su sobrino, el “Niño Verde” en el PVEM para presionar a la Secretaría de Salud y tener una agenda política rentable (hasta una ridícula huelga de hambre hizo el denostado Emilio González Martínez).

El final de la historia del Dr. Simi y su aspiración presidencial fue cuando salieron a la luz pública las negociaciones de este personaje para comprar la candidatura, primero, al Partido Alianza Social, y luego, al ex Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.

¿Y qué ocurriría si otro empresario de dudosa reputación hiciera lo mismo que el Dr. Simi y lograra convencer a los ciudadanos de que él podría ser Presidente de México? ¿Y quién garantizaría que un “candidato independiente” no reciba dinero sucio para blanquearlo? ¿Y qué tal que poderes fácticos se pusieran de acuerdo para hacer crecer a un narcopolítico del tipo Pablo Escobar y hacerlo candidato a cualquier puesto de elección?

Esas dudas alarmaron a los legisladores y fue uno de los pretextos para que se cancelaran las candidaturas ciudadanos o independientes.

Si esto ocurrió fue culpa del Dr. Simi, quien no contento con su osadía político-mercantilista del 2006, para el 2012

Llegamos al 2012 y nuevamente el tema de las candidaturas independientes o ciudadanas surgen por la autopostulación de Manuel Clouthier Carrillo, quien renunciara al PAN luego de que este partido le negara sistemáticamente su derecho a ser candidato al Senado de la República.

Desde mi particular punto de vista, la candidatura de Clouthier Carrillo representa un duro golpe al PAN y su propia historia, pues si hay algún personaje emblemático de la lucha por la democracia en México del lado del panismo, ese fue Manuel J. Clouthier, quien desconoció el triunfo de Carlos Salinas en aquel memorable 1988.

Pero, pudieron más el resentimiento y el rencor de Felipe Calderón contra el hijo de Clouthier que la dignidad del panismo. Como pasó con Tatiana Clouthier, su hermano Manuel  también vive el desencanto con el PAN, cuestionan duramente y con evidencias, la política de seguridad del actual sexenio, así como las graves omisiones y la gran corrupción.

Obviamente, la aspiración de Manuel será cuestionada y cuando represente algún riesgo hasta bombardeada por los panistas más afines al calderonismo. Ya está viviendo en carne propia el destierro político desde su bancada, donde ha quedado marginado.

La lucha de Clouthier hijo estará destinada al fracaso, porque las reglas de la partidocracia así lo establecen, pero el debate y el alcance que pudiera alcanzar deberán ser motivo de un debate más serio por parte de los legisladores.

alexiabarriossendero@gmail.com

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