05 marzo, 2012
* La impunidad y los excesos de los alcaldes.
Es imperdonable que a pesar de los graves problemas generados en los últimos años, debido a la falta de una legislación adecuada para mantener a raya a los servidores públicos que tienen bajo su cargo el manejo de recursos públicos, hoy nuevamente el Órgano de Fiscalización Superior de Tlaxcala (OFS) se queje sobre la “resistencia” de 28 alcaldes para entregar su cuenta pública.
Imperdonable porque, especialmente esta administración del OSF, a cargo de Crispín Gutiérrez Corona, se ha mantenido en el “ojo del huracán” debido a varios yerros y declaraciones que han puesto en tela de juicio la imparcialidad de ese organismo y en cambio le han dado el carácter de “garrote político”.
Imperdonable porque prácticamente la mitad de los 60 ayuntamientos de Tlaxcala han tenido la “oportunidad” de retrasar la entrega de las cuentas públicas por tiempo indefinido; tiempo que, por cierto, es suficiente para maquillar las cifras de las cuentas que se encuentren irregulares.
Imperdonable porque la falta de transparencia que han documentado muchos medios sobre el inadecuado manejo de los recursos públicos ya habría merecido una intervención inmediata y directa sobre las finanzas de los municipios que han sido cuestionados, como los de Tlaxcala, Huamantla o Tlaxco, por citar los más escandalosos.
Imperdonable porque muchos de los problemas que han puesto en “semáforo amarillo” la gobernabilidad de la entidad, se desprende de la desconfianza ciudadana hacia las autoridades municipales, las cuales en su actuar dejan constancia de un manejo inadecuado de los recursos públicos.
Imperdonable, todavía más, porque a pesar de que en los últimos meses se ha insistido en la necesidad de generar las condiciones adecuadas para que todos los entes fiscalizables presenten un plan de transparencia en el manejo de los dineros públicos, existan condiciones para que se manejen con total opacidad.
Imperdonable porque no basta con que la diputada local, Lilia Caritina Olvera Coronel haya propuesto la conformación de una comisión “especial” para aplicar sanciones a los presidentes municipales que incumplan con la entrega de las cuentas públicas, en lugar de presentar un proyecto de ley que se ajuste a las condiciones propias de la entidad.
Y con ella se garantice un vigilancia irrestricta al asunto del dinero público y su manejo, y regule, así mismo, el funcionamiento del Órgano de Fiscalización Superior.
Imperdonable porque el Congreso del Estado, se ha vuelto gris y tibio y luego de un año y a pesar de los severos problemas jurídicos y económicos que se derivaron del cambio de gobierno estatal, casi a cuentagotas, apenas adicionaron el artículo 105 para fortalecer la certeza jurídica de entrega–recepción, pero no se han preocupado por los asuntos que engloba la administración de recursos públicos.
Imperdonable porque a pesar de ser 28 las comunas que no se han ajustado a lo que dice la ley vigente, únicamente fueron seis municipios (Apizaco, Atlangatepec, Contla, Calpulalpan, Xaloztoc y Xicohtzinco) los únicos que fueron emplazados para entregar sus cuentas públicas antes del fin de semana pasado, mientras que 22 tengan un “período de gracia”.
En fin, también ofende que todas las acciones sobre el particular parecieran estar destinadas a hacer parecer que la nuestra es una sociedad estúpida y lega y que las escasas acciones que se llevan a cabo pareciera que nos están haciendo un favor.