27 febrero, 2012
Escribe EDGAR R. CONDE CARMONA
edgarconde@indicemedia.com.mx / twitter@su_excelencia
El principal problema del conflicto en Huamantla, que derivó en el cierre de ocho horas de la carretera federal México Veracruz –la semana pasada–, no tiene vuelta de hoja: las autoridades municipales tienen oídos sordos y minimizan a los tianguistas y sus demandas.
Por ejemplo, el secretario del Ayuntamiento, Bernardo López Nieto ha dejado en claro cómo minimizan los hechos: “tenemos un padrón de mil 250 tianguistas y que protesten 100, realmente no es un asunto de cuidado” (El Sol de Tlaxcala, 22 de febrero).
El mismo funcionario nos regala otra muestra de esa sordera: “El gobierno no cederá a chantajes”. López Nieto demuestra la línea del gobierno municipal: “El tianguis no debe regresar a las calles de la ciudad”.
El secretario de la comuna desvela la postura de la administración huamantleca: “Ellos amenazan con colocarse otra vez otra vez como lo hicieron en el bulevar Luis Donaldo Colosio, donde instalaron una pequeña plaza pero no lo vamos a permitir” (El Sol de Tlaxcala, 24 de febrero).
El mismo funcionario, pinta el guión del que no se sale: “evitar que cualquier comerciante se quiera instalar en las calles” (Síntesis Tlaxcala, 23 de febrero).
Por si fuera poco, esa sordera, esa negación a discutir y negociar, la refuerza el alcalde Carlos Ixtlapale Gómez.
La comuna no quiere escuchar las demandas de los quejosos, porque a decir del alcalde: “el 90% de los aproximadamente 250 manifestantes no son de ese municipio”.
Y También Carlos Ixtlapale nos enseña el guión, del que no quieren salirse en el ayuntamiento de Huamantla: “Nosotros no cederemos a presiones al contrario, (…) los que llevaron a cabo la manifestación es una minoría quienes solicitan que se regrese al centro y no cederemos a presión de ningún tipo” (www.gentetlax.com, 23 de febrero).
Carlos Ixtlapale refleja esa cerrazón: “Es una minoría quienes están solicitando el que se regrese al centro, no cederemos a ningún tipo de presión, de ninguna índole (…) Nosotros tenemos consideradas aproximadamente 25 personas que eran las que estaban participando en ese movimiento y de las cuales el 90% eran de fuera, no eran de Huamantla” (www.pulsored.com, 24 de febrero)
Lo más lamentable es que los únicos integrantes del ayuntamiento de Huamantla, de los que se tiene evidencia de sus declaraciones, descalifican a los quejosos, pero no abren una ventana, un resquicio para encontrar una solución al conflicto y si para avivar los enconos.
Hasta parece que con esta sordera, lo que menos quieren es resolver el problema. Pues con una “minoría” no habría pasado lo que pasó. Así de sencillo.