CRÓNICA: DÍA QUE EL ORTICISMO CALLÓ, SÍ CAYÓ…

20 febrero, 2012

MSN POLÍTICO

Por JAVIER CONDE/ CRÓNICA

Siempre acostumbrado a ganar, siempre acostumbrado a posar con la “v“ de la victoria, siempre acostumbrado a minimizar a sus adversarios políticos, siempre acostumbrado al discurso que enarbola el rictus orticista, pero hoy no fue así.

Ayer, el exgobernador Héctor Ortiz Ortiz reconoció en un escueto boletín de prensa que el “voto no nos favoreció, pues advertí por la mañana que cualquiera podía ganar”.

Y fueron los propios panistas apoyados de priistas y perredistas los que le asestaron un dardo, un duro golpe.

Ortiz Ortiz, por primera vez en más de 30 años de vida política perdía una elección, y lo hacía en una consulta con la propia militancia del partido que lo cobijó después de abandonar las filas del priismo, su esencia.

Durante el proceso interno del PAN para definir quién encabezará la fórmula para el Senado de la República, esta corriente política mostró la cara del nerviosismo, la del tatuaje de la duda, la de una derrota anticipada.

Desde la mañana, las cuentas no cuadraban para los orticistas, pese a la movilización de estudiantes y maestros de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), de amas de casa, de uno que otro campesino. Sus famosas redes fallaron.

Lo cierto, es que el arte de la mapachería fue evidente por parte de Héctor Ortiz Ortiz y de Adriana Dávila Fernández.

Para muchos observadores fue descarado el acarreo de votantes, el reparto de enseres domésticos, de tamales, de pan y hasta dicen muchos que de dinero.

La guerra de declaraciones

Ambos equipos se enfrascaron en una lucha sin cuartel, pero ninguno se atrevió a denunciar las anomalías que ocurrieron en Nativitas, Axocomanitla, Ixtacuixtla, Apizaco, Huamantla, Tlaxcala, entre otros, municipios.

El equipo de Adriana Dávila filtró la versión de que Rodolfo y Elvia Ortiz intentaron desestabilizar el proceso interno al igual que el diputado panista, Justo Lozano Tovar, cuñado del exgobernador.

Y del otro lado, corrían la voz de que Ricardo Sánchez Cervantes, esposo de Adriana Dávila había golpeado a una persona en Nativitas que lo estaba grabando.

Durante este domingo jamás hubo denuncia penal; la víctima jamás apareció públicamente. Pero lo cierto, es que los adrianistas continuamente denunciaron el asedio de los orticistas.

En todo momento, los mismos operadores de Ortiz, no dejaron de acosarlos con cámaras fotográficas y de video. De lo anterior tomaron nota diversos periodistas que se apostaron en los centros de votación.

Los rostros del desencanto

A las 13:00 horas, luego de una intensa movilización al más viejo y puro estilo del PRI, la historia se fue escribiendo. Eran los propios panistas que sometían al escrutinio a Héctor Ortiz.

Los adrianistas tenían los primeros resultados de algunos centros de votación y los mismos eran a su favor. La tendencia del voto era irreversible para Adriana.

Además, en 16 centros de votación se habían agotado las boletas y a los mismos llegaban decenas de acarreados que ya no pudieron votar.

La orden que recibieron los seguidores de la apizaquense fue “no festejaran frente a las casillas” porque los orticistas estaban heridos políticamente hablando.

Poco a poco fluyeron las actas de escrutinio y poco a poco las aparecieron las caras de la frustración. Los rostros de la congoja, los rostros del desencanto. Las tendencias marcaron dos a uno para Adriana, no había más.

Y quedó claro que las acusaciones que versaron ayer como la del propio alcalde de Apizaco, Orlando Santacruz pusieron en evidencia que la unidad dentro del PAN, es sólo aparente.

Santacruz Carreño, se atrevió a decir que la cargada de los delegados federales estuvo a favor de Adriana Dávila, y que los mismos dejaron de laborar desde el pasado jueves para armar su estrategia política.

Conforme agonizaba el día, las cosas se definieron. Los adrianistas con su euforia. Y para muchos de ellos representó sosegar a la ideología del orticismo.

Ya en el festejo llegaron -los que hasta hace unos días eran parte de ese grupo- Leonor Romero Sevilla y Rolando Romero López, los compadritos de Ortiz. Asimismo, Ignacio López Sánchez  quien categórico se desmarcó del exmandatario.

Y fue la noche del 19 de febrero de 2012, en que el orticismo calló, sí cayó. Fue una noche fría, muy fría para ellos.

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