EL BOTÍN DE IZTAPALAPA

13 febrero, 2012

Escribe ALEXIA BARRIOS G.

¡Dejen en paz a Iztapalapa!

Como nunca en esta delegación el dinero público y privado corre a borbotones. Decimos porque ninguno de los siguientes actores se distingue por tener una empresa privada o un negocio ajeno a la política que les dé las cantidades de dinero que ahora utilizan ara dar a conocer su nombre. Su lana sólo proviene de las participaciones en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, las cámaras legislativas federales, del CEE y del CEN del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Y decimos privados, porque seguramente todos los aspirantes a la jefatura Delegacional han hecho grandes compromisos con quién sabe qué empresarios para que les diera tanto dinero para su promoción personal.

No hay avenida, mercado público, parque público, muro, ventanales, espectaculares, bueno, hasta los soportes y postes de trolebuses, estaciones del metro, en donde no aparezcan los nombres y fotos de Jesús Valencia, Víctor Varela y Aleida Alavez. Un ejército de brigadistas reparten su propaganda en las salidas del metro, de las terminales de autobuses, en los mercados, en los tianguis, en todas partes. Un mundo de recursos.

El más escandaloso derroche es del diputado local Víctor Varela, al que documentaron un gasto mínimo de 3.5 millones de pesos para publicitar su informe que no dio.  El otro caso es de Jesús Valencia, quien pagaría al menos 600 mil pesos de honorarios por llevar al Grupo Pesado. No se quedará atrás la otra legisladora Aleida Alavez, quien ha activado una red de brigadistas por toda la demarcación, trayendo a los panchitos de Tláhuac.

Y para acabarla de amolar, ya los becarios de Martí Batres Guadarrama esparcidos en otras delegaciones comienzan a instalarse en Iztapalapa, porque les han prometido continuar mamandodel presupuesto en esta golpeada demarcación, a la cual sólo ha visitado para lucrar desde sus tiempos en la Unión Popular Nueva Tenochtitlán (UPNT).

Como en los viejos tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) capitalino, las tribus del PRD-DF sólo miran hacia Iztapalapa como la fuente de votos no con objeto de solucionar el grave deterioro en que se encuentra, mismo que se agravó desde la llegada de Clara Brugada, una de sus peores delegadas y que sólo ha sabido gobernar con unos cuantos amigos y compadres. En épocas del PRI, mandaban a gente ajena a la demarcación sólo para hacer negocios y alentar más el caos. Ahora, un grave retroceso es que gente que ni siquiera vive y padece el día a día en Iztapalapa quieran hacerla jefe Delegacional.

Desde mediados de los años 70, Iztapalapa se ha convertido en sinónimo de marginación, de manipulación política, de violencia callejera, de casas de seguridad de secuestradores, de olvido y de disputas. Lejos quedó aquella referencia que hacían ver a esta demarcación como parte del color del México rural que aún le quedaba al DF; porque hasta entonces todavía sus pueblos conservaban sus tradiciones y su gran extensión territorial permitía apreciar enormes campos de cultivo de maíz, frijol, calabaza y las mejores alcachofas de la república. Pero el crecimiento poblacional de la ciudad y las tragedias de los capitalinos terminaron  por comerse a Iztapalapa y los depredadores políticos acabaron por enterrarla para crear un monstruo para usarla en tiempos electorales.

Cuando en 1997 el PRD ganó democráticamente la jefatura de Gobierno y se nombró como delegado en Iztapalapa a Ramón Sosamontes, entonces honorable dirigente histórico de izquierda, se abrieron expectativas de que las condiciones para los pobladores iban a mejorar.

Fueron lustros de abandono y maniqueo de los delegados enviados por el gobierno central, todos de filiación priísta, que se enriquecieron a costa de la destrucción de una de los territorios rurales de la capital del país, y no sólo a costa de la basura de toda la capital que era arrojada en Santa Cruz Meyehualco, sino otro tipo de desechos.

Muchos funcionarios hicieron grandes negocios con la permisividad para que invasores profesionales se apropiaran de miles de hectáreas, que surgieran pseudolíderes en los asentamientos irregulares que lo mismo sirvieron para acarrear gente a los mítines, para llevarla a votar por el entonces partido oficial que para servir de carne de cañón para desalojar a otros invasores o para intimidar a ejidatarios que se negaban a abandonar sus tierras.

Uno de esos líderes eran los mentores de los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo, el poco recordado Francisco de la Cruz y su lugarteniente un tal “Juanito”, que no es el mismo de la historia reciente. Por eso, estos hermanos, entonces en el PST, se hicieron creer dueños y señores de Iztapalapa; ahora, dan tumbos y no saben si seguir al lado de Peña Nieto o se van con Josefina. Pero también en la zona de Santa Martha a Santa Catarina surgió, aunque más tarde, el liderazgo de Clara Brugada.

Pero hubo más factores en contra de los iztapalapenses. Cuando entró en operaciones la Central de Abastos, las familias asentadas en esos terrenos, fueron llevadas a la zona de minas de Iztapalapa. Después del sismo de 1985 se obligó a la reubicación de cientos de familias de las zonas de riesgo del Centro Histórico, de Tepito, la Lagunilla, de la Merced, de la Doctores y otras colonias afectadas por el sismo, para ser llevadas a las afueras de la capital y qué mejor lugar que Iztapalapa.

En pocos años la Delegación vio crecer su población y sus problemas al grado de lo que ahora se tiene; escasea el agua, el transporte público es insuficiente; hay zonas que son laberintos donde no entra ni la policía; las unidades habitacionales nadie respeta la ley; y donde operan los tianguis, los taxis tolerados, los demandantes de vivienda, donde hay muchos millones de pesos de por medio y miles de votos, son zonas de violentas disputas entre las corrientes perredistas.

Es la demarcación más poblada de la capital, es la más conflictiva y la que más votos brinda para el PRD. Sus votos pueden ser la diferencia para ganar o perder la jefatura de Gobierno del DF. Hace tres años Andrés Manuel López Obrador llamó a votar por el PT en Iztapalapa, como una fórmula que nulificara a los hermanos Vázquez Nahum.

Pero hoy, quienes regentearon la delegación por muchos operan contra el PRD y quieren recuperarla y llevar sus votos a Peña Nieto o a Josefina, depende quién les dé más garantías. Lo más grave es que muchos en el PRD y el PT hacen todo para que pierdan en esta importante delegación. Y mientras esto ocurre, la población de Iztapalapa, pues, se quedará con las ganas de ser atendida, de ser respetada y tratada como lo que merece, no con la nefasta calidad de los políticos que ahora la quieren en su poder.

alexiabarriossendero@gmail.com

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