DE LA LEY TELEVISA A LA FUSIÓN DEL DUOPOLIO

25 enero, 2012

Escribe ALEXIA BARRIOS G.

Hacia fines de 2005 se empujaba la “Ley Televisa”, misma que se aprobó en la Cámara de Diputados, donde un papel muy lamentable jugaron todas las fracciones parlamentarias –en especial el PRD, que luego de votar a favor se echó para atrás y los entonces diputados Pablo Gómez e Inti Muñoz no supieron ni cómo justificarse- y todos los precandidatos presidenciales de ese entonces. Era claro, nadie quería pelearse con el duopolio televisivo en tiempos electorales.

Santiago Creel, ex precandidato presidencial y ex secretario de Gobernación, fue el único que con valor reconoció las presiones de Televisa y TV Azteca en ese momento. Obviamente, las televisoras iniciaron una campaña de linchamiento mediático en contra del legislador al grado de meterse en asuntos personales y familiares. Las pantallas de Azteca TV han sido usadas para

Como en ese momento , el todavía priísta y especialista en el tema de las telecomunicaciones, Javier Lozano Alarcón fue uno los que criticó abiertamente la “Ley Televisa”, la empresa lo vetó para ocupar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Felipe Calderón.

Y no sólo eso, fue a través de los canales de Televisa donde mayor énfasis se dio al caso de Zen Le eYe Gon, con su famoso “coopelas o cuello”, quien señalaba al entonces titular del Trabajo y Previsión Social.

Nombres son muchos, sin que esto suene a exageración, pero no es casualidad que Carmen Aristegui, José Gutiérrez Vivó, Claudia Segura, Dulce María Sauri Riancho, Manuel Bartlett Díaz, César Raúl Ojeda, Oscar Cantón, Santiago Creel, Pablo Gómez, entre otros, periodistas y políticos, se hayan visto vetados en sus campos de trabajo por estar en contra de la “Ley Televisa”, algunos, y otros por apostar a la candidatura de López Obrador.

Sobra decir que algunos como Denisse Dresser o Jorge Volpi, apenas con espacios en la TV privada (ForoTV) y con puestos públicos (Canal 22), escondieron rápidamente su “espíritu crítico”.

Unos más, como Raúl Trejo Delarbre, han tenido que resguardarse en la academia y en algunas publicaciones semanales porque su columna no ha sido admitida de nuevo en medios nacionales diarios.

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