A ESCRIBIR

16 enero, 2012

Escribe CINTYA SAMANTHA CONDE HUERTA

Como seres humanos, tenemos desde siempre la necesidad de comunicarnos y, una de las formas más recurrentes (además del habla) es la escritura; pero en muchas ocasiones el hecho de “escribir” se convierte en un verdadero desafío para muchos.

El hecho de transmitir nuestros sentimientos de forma escrita es muy complicado, ya que el receptor sólo puede ver el mensaje sin analizar otros factores dentro del mismo contexto, por ejemplo, no puede ver al emisor, pero, lo que logra sentir es más impactante que manteniendo una conversación directa  (cara a cara) con él.

En muchos casos, este tipo de mensajes facilita la comunicación para algunos individuos, ya que les es más fácil expresarse por este medio, pues detallan y expresan sus sentimientos o emociones hacía algo o alguien de manera sorprendente, pues utilizan metáforas, versos o simples detalles en el texto, que lo hacen abandonar el término de “lo común”.

Claro, que la comunicación escrita tiene ciertos riegos: cuando no nos expresamos de manera correcta, cuando no detallamos o especificamos lo que sentimos, queremos, necesitamos, entre otros aspectos. Es difícil que una persona pueda entender  el significado de lo solicitado, además los signos ortográficos como puntos, comas y acentos son de suma importancia pues estos también pueden cambiar toda la estructura del texto.

Muchos hemos intentado culpar a las diferentes redes sociales de nuestros males, y entre ellos de nuestra mediocre forma de escribir; pero, ni Facebook ni Twitter tienen la culpa; realmente la culpa es nuestra, de nuestros padres y profesores, pues nosotros debemos hacernos responsables de nuestra lengua. Quién sabe escribir bien, escribirá bien en todas partes, sin importar el entorno.

Lo de hoy”, es escribir “bonito” olvidando que escribir BIEN es lo correcto; todos nuestros errores, ya sea en la forma de escribir o hablar, distorsionan gravemente nuestro mensaje, impidiendo que nuestro emisor entienda a la perfección lo que queremos decirle; conforme la tecnología evoluciona, los vicios lingüísticos incrementan y en lugar de avanzar al par de la globalización, retrocedemos y hacemos más pobre al lenguaje.

Realmente, la culpa no la tiene Facebook, a pesar de ser ya parte de nuestras vidas. Como personas “responsables” de la sociedad, es nuestra obligación vacunarla contra las nuevas enfermedades sociales del siglo XX!.

Quizá para ti “sanamente” es igual que: “sanamnt”, pero para otras personas no lo es tanto, así que dejemos a un lado ese tipo de “payasadas” y empecemos a escribir ¡bien!…

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