07 diciembre, 2011
Por ALEXIA BARRIOS G.
Si no sucede nada extraordinario, Pedro Joaquín Coldwell será ungido presidente nacional del PRI. Llega con la venía del líder auténtico del PRI, Enrique Peña Nieto, y con la antítesis del peñismo, Manlio Fabio Beltrones. Para los priístas, representa un avance para su aún debilitada unidad; para los adversarios, una ventana de oportunidad para que las crisis de la última semana sean apenas las primeras para desgastar y acortar la popularidad del candidato presidencial tricolor.
Las negociaciones fueron complicadas entre peñistas y beltronistas, ya que estos últimos vetaron a varios de los nombres que se estaban barajando para sustituir a Humberto Moreira. Pero la presión de varios comités estatales, de amenazas de ruptura y de indisciplina forzaron que se adelantara la salida del “profesor bailarín” y se nombrara a un político que pudiera conciliar entre todos los grupos. Hasta donde se tenía conocimiento, el escenario ideal para el peñismo era en febrero de 2012, una vez que el ex gobernador mexiquense ya fuera oficialmente candidato.
Pedro Joaquín no la tiene fácil y hay focos rojos en varios frentes. Los últimos siete días han sido realmente críticos para el PRI y para Peña Nieto. La salida de Moreira amainó la ofensiva en su contra, pero están corriendo los trascendidos de que la federación y el PAN van con todo contra el coahuilense, más allá de las derrotas que les propinó bajo su dirigencia, le quieren cobrar no sólo las cuentas secretas y la deuda de su entidad, sino saldar las ofensas lanzas contra Felipe Calderón en las bardas que mandó pintar con enormes letreros. Es decir, el asunto se vuelve personal.
Hay varios comités estatales que no se han disciplinado. En Chiapas, el más claro ejemplo, hay visos de conflicto por el acuerdo que existe para llevar al “Güero” Velasco, del PVEM, a la gubernatura. En otras entidades, los mandatarios priístas han perdido fuerza para llamar al orden y a cerrar filas pensando en el 2012. Los saboteadores del tricolor están desatados y buscando quien los apapache con alguna postulación.
Ya el ex candidato presidencial Francisco Labastida ha puesto a febrero del año próximo para revisar los acuerdos electorales con el PANAL y el PVEM, con el fin de que no se les dé más lo que realmente representan en votos. Es decir, los pactos de Moreira podrían venirse abajo si Pedro Joaquín no pone de inmediato una mini operación cicatriz, en especial en las entidades donde los saboteadores quieren dar albazos contra su propio instituto político.
Y para acabar el ciclo de mala racha, al equipo de Enrique Peña Nieto se le ocurrió llevarlo a la Feria Internacional del Libro sin un entrenamiento previo, dejándolo pésimamente mal parado frente a la comunidad cultural. Todo era manejable para el mexiquense hasta que aparecieron los tuits del “yernito incómodo” y el retuit de la hija, lo que incendió de nueva cuenta las redes sociales.
Y como nunca faltan los “pendejos con iniciativa” en estas crisis, la todavía presidenta del PRI, Cristina Díaz, y algunos periodistas, como Joaquín López Dóriga, le echaron más leña al fuego para que en redes sociales el tema se mantuviera por más tiempo.
Las encuestas profesionales apuntan que será hasta enero cuando den a conocer los resultados de su último levantamiento de diciembre. Algunos calculan que Enrique Peña Nieto perdió entre 6 y 12 puntos en su posicionamiento. Ya comienzan a preguntarse:si esta crisis en redes sociales, a partir de una burrada le bajaron esos puntos, con tres crisis más contra Peña Nieto, prácticamente haría que llegaran empatados a la elección presidencial y con una tendencia a la baja.
En el 2006, aún queda la sensación, militantes destacados y no tan destacados del PRI, con el fin de que no ganara de nuevo el PAN y al ver derrotado a Roberto Madrazo, decidieron inclinarse por Andrés Manuel López Obrador. Ese escenario vuelve a reciclarse a siete meses de la elección presidencial del 2012.
Para el próximo líder del PRI, hay dos flancos en su trayectoria que pueden explotar los otros partidos y actores políticos: el que no haya podido controlar y disciplinar a su hermana Addy Joaquín Coldwell, quien se pasó al PAN para ser candidata a la gubernatura, y el que como delegado del PRI nacional, el TEPJF le haya propinado el primer revés histórico al PRI, al anular elecciones estatales en Tabasco.
A pesar de los buenos números del PRI, tiene un camino complicado Pedro Joaquín, quien iniciara su carrera política con el ahora empresario, David Gustavo Gutiérrez Ruiz, ex gobernador de Quintana Roo de 1971 a 1975, pero tabasqueño de nacimiento. Los frentes abiertos tienen que cerrarse pronto si quiere parar la crisis y demostrar carácter para disciplinar a todos, incluyendo al propio Beltrones.
APOSTILLAS: El PT-DF ya condiciona al PRD su alianza y vetan a Mario Delgado ni Miguel Ángel Mancera. Los datos con los que cuento y es que han apostado e invertido en la precampaña de Martí Batres. Su plan “B”, previo a la gira de AMLO por la capital del país, ahora es Alejandra Barrales, por eso no la han vetado, aunque siguen con una campaña misógina en su contra en redes sociales. ¿Y el líder del PRD-DF ha dicho esta boca es mía? ¿Se dejará imponer condiciones por un partido menor?
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