EL LEGISLATIVO EN TLAXCALA Y LA TRANSPARENCIA

19 diciembre, 2011

Escribe CLAUDIO CIRIO ROMERO

Hemos señalado en el momento en que se entregaba el informe de actividades de la CAIPTLAX, por el Comisionado Presidente, del año que acaba, frente a varios diputados que por lo menos en dos aspectos ellos tenían en sus manos el futuro inmediato y de largo alcance de la transparencia en Tlaxcala.

Convencido estoy de ello partiendo de que la apuesta principal, en una sociedad que se democratiza tan lentamente como la nuestra, está en cuestiones elementales como la división de poderes.

Respecto al primero de tales aspectos nuestros diputados ya nos dieron su respuesta y ésta desafortunadamente no es favorable al fortalecimiento del tema crucial al que dedicamos prácticamente toda nuestra atención profesional, desde que asumimos el cargo de Comisionado.  Nos estamos refiriendo al tema del presupuesto.

He venido señalando que de acuerdo con Oscar Guerra Ford, en su libro editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y por cierto hace poco presentado (¡Felicidades Oscar!), cuando habla de la autonomía financiera de los órganos garantes, dice que esta es requisito para una plena autonomía.  Y por eso es necesario que cada vez progresivamente hablando se destinen más recursos para garantizar los derechos de acceso a la información pública y de protección de datos personales.  El también Comisionado Ciudadano, Presidente del Instituto de Transparencia del DF, ha planteado la sugerencia de que mínimo se destinen 10 pesos por persona (por cierto en el evento mencionado me equivoque y dije 1 peso, quizá de ahí se agarraron los diputados para tomar la decisión que tomaron).

Los diputados han decidido, coincidiendo totalmente con la propuesta del ejecutivo, que se inviertan sólo poco más de ocho pesos.  ¿Será que dentro de un año cuando decidan el presupuesto del 2013 y quien firma esto se apreste a presidir a la CAIPTLAX podrían mejorar nuestro presupuesto?  Porque en estricto nos están dando unos 400 mil menos que lo que ejercimos este año.  ¿Habrá entonces, como les gusta decir, voluntad política para avanzar?  Esperemos que sí.

El otro tema lo dejaron pendiente.  Me refiero a las reformas en materia de ambos derechos que se quedaron en primera lectura durante el periodo legislativo que ha concluido.

He escrito varios artículos en los que he abordado el tema, pero para no repetirme inútilmente, podría mencionar ahora sólo uno de dichos asuntos, así como mi preocupación principal.

Lo primero es que los diputados no pueden dejar pasar la oportunidad de fortalecer a la CAIPTLAX, con tres medidas muy concretas.  Una, rediseñarla en cuanto al número, la duración de su encargo y la posibilidad de reelección de los Comisionados.  Ahí está la Ley Modelo de la OEA, para tomarse como la referencia más seria y resultado del análisis científico más exigente del momento; no se necesita inventar nada.  Dos, dar a sus resoluciones, sin ambages, la calidad de definitivas e inatacables como por ejemplo se le acaba de dar a la CAIP de Puebla.  Y tres, dotarla de capacidad sancionatoria para que las violaciones de parte de las autoridades públicas, a los derechos mencionados no se queden sin castigo.

Y lo segundo es que como lo acaba de escribir en Proceso de esta semana, Ernesto Villanueva, tratar de legislar la libertad de expresión, como lo pretenden los artículos 46 y 47 de la iniciativa de ley de acceso a la información pública, más allá de ser “un acto de humor involuntario…”  podría estar en “un código de ética de los medios, pero jamás en una ley de transparencia ni en cualquier otra.” (Negritas y cursivas mías).

¿Podrían los diputados de la presente legislatura, atender estas reflexiones y apostar a fortalecer el tema de la transparencia en Tlaxcala?  ¿O serán capaces de fallar nuevamente sin asumir íntegramente la división de poderes que los ciudadanos les otorgaron con su voto?

No dudo que a algunos de ellos estas palabras le parezcan duras, pero son sinceras en el entendido de que la política seria no necesita, más que el elemental respeto, pétalos retóricos de cualquier rosa.

En esta materia dice Villanueva que parece que estamos frente a un dilema en el país; yo más bien diría que Tlaxcala no se puede sumar a una especie de contra ola de opacidad que parece querer formarse con los ejemplos de Veracruz o Jalisco que también menciona.

* Comisionado de la Caiptlax.

ccirior@caip-tlax.org.mx         twiter: @ccirior

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