AFICIÓN ENAMORADA

15 diciembre, 2011

Por EVA ESPINOSA

De verdad que la afición taurino es todo un fenómeno social que tratar, este pasado fin de semana fue una mezcla de contrastes que me han hecho reflexionar hasta donde es poderosa la afición y el amor por la fiesta y que gracias a esta nos conocemos como aficionados, formamos amistades y logramos hacer familias.

El pasado domingo en la plaza México, por fin se ha logrado el milagro de que despertara la fiesta y que mejor con un ejemplar mexicano Diego Silveti ha bordado el toreo, para muchos resulta una perspectiva exagerada pero sin lugar a dudas para los románticos y sentimentalistas de la fiesta nos ha devuelto la emoción de la gran fiesta.

Amigos de distintos puntos del país, vía teléfono nos comunicábamos como ya es costumbre para ir dando pormenores de nuestros puntos de vista y que emoción escuchar voces llorosas, de no poder articular palabra por que el duende estaba presente, la emoción viva y la pasión más fuerte que nunca.

En esta ocasión no pretendo hacer una defensa a la tauromaquia, pero si me gustaría compartir y describir lo que significa para mí y para muchos aficionados, lo que hace que esto nos apasione, nos emocione, aquello que nos ha llevado a amarla.

Difícil describir sentimientos…

Pero lo primero y creo todos estarán de acuerdo es por amor al toro bravo: su estampa, su altanería, su elegancia… no las aprecio con igual majestad en ningún otro animal.

El toro bravo de verdad, vive y muere poderoso y valiente, noble y libre. Sólo agacha la cabeza para embestir, no rechaza la pelea ni el castigo, y lo hace con verdad. Una verdad que se encuentra en ciertas personas pero que se diluye en esta sociedad insulsa.

Pero el toreo, al igual que el toro, es verdad. Una representación teatral de la vida, una tragedia salpicada de esperanza e ilusión, de miedo y dolor, un sube y baja que sólo en escasas ocasiones lleva a la gloria, una gloria efímera pero eterna.

Así es el toreo, efímero y eterno. Efímero por irrepetible, por crear en movimiento, por moldear un alma viva y diferente cada vez, por afrontar con unos sentimientos distintos cada faena. Eterno cuando animal y hombre evolucionan en su encuentro hasta llegar a entenderse, cuando el torero se rompe para crear y el toro para embestir, cuando la violencia se transforma en lentitud y la pasión fluye y el arte conmueve.

Un arte que ha inspirado a todas las demás disciplinas artísticas: vasta es la literatura que trata de ella y rico su propio lenguaje; la arquitectura ha erigido a lo largo de diferentes épocas cosos de enorme belleza, la fotografía ha plasmado su hermosura, la escultura ha buscado modelar su magia, así como la pintura; la música le debe un género propio además de su influjo en otros diversos; y se podría hablar también del cine, el diseño, la danza… en fin toda la tauromaquia es arte por el simple hecho de existir.

Como arte y como sentimiento, así amo a la tauromaquia: un amor de los que no mueren, sincero; de los que pueden hacer llorar de felicidad, de los que dan esperanza; esperanza que siento cada vez que se acerca una tarde de toros por salir de la vulgaridad y de la desidia, por recuperar la ilusión de crear, por volver a soñar con la eternidad y la trascendencia… por formar parte de esa liturgia ancestral que dibuja la existencia como una oportunidad y la muerte como un final digno.

Y ya entrados en sentimiento, quiero compartir con ustedes  esta narrativa un regalo muy especial que me hizo su propia autora la Sra. María de Lourdes Huerta Cerezo.

 

“AFICIONADO” 

De: Maria de Lourdes Huerta Cerezo Ⓡ

Joven imberbe, dirigiéndose a su padre comenta,
“…Pretendo ser Aficionado…”
Si… mira, aprende el vocabulario del color de los trajes, el color de la piel de los toros, el tipo de cornamenta, el nombre de los pases taurinos, de trayectorias y jerarquías en las cuadrillas.

Aprende de poesía, música y pintura,
el amor a la fiesta, de ayuno y medidas de cintura,
de viajes, engaños, rechazos y desaires.

De matadores aprende la perseverancia, porte, valor, gallardías, belleza, elegancia, miedo y tristeza. De los ilusos que quisieron ser, y que nunca llegaron, de aspirantes a espontáneos.

También aprende de sorteos, horarios, fechas, carteles y boletos,
de ganaderías, divisas y padrinos,
de temporadas y alternativas,
de lentejuelas a confección de trajes.

Sigue aprendiendo de fe y superstición,
de capotes a banderillas,
de novilleros, matadores, monosabios y taxidermistas,
de películas a fotografías,
de empresarios a cronistas.

De caballos a picadores,
de tientas y trajes campiranos
de heridas, médicos y hospitales.

Recuerda nombres y sobrenombres,
tardes y ovaciones, de premios, aplausos y felicitaciones,
percibe el aroma a puro, sudor y sangre,
no olvides los reclamos, las cornadas, sombreros y monteras
los callejones y toriles.

Observa las tardes de sol, de lluvia a lodo,
los colores contrastantes y los pies de los toreros,
cuando aprendas lo descrito… serás Aficionado…
de vuelta al ruedo, con rosas y claveles.

 

http://youtu.be/W7kAy2AWEDI

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