14 noviembre, 2011
* ¿Dio gato por liebre?
La afición taurina tlaxcalteca está molesta con el empresario Rafael Herrerías porque simplemente afirman que es el principal anti-taurino del país. En las cinco corridas de toros que se ofrecieron dentro de la Nueva Gran Feria de Tlaxcala 2011, los astados fueron pésimos, descastados y mansos.
Los conocedores señalan que Herrerías no debe volver a Tlaxcala, para organizar corridas de toros. Otra duda que existe es por qué los matadores de toros como Enrique Ponce, Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Digo Ventura, aceptaron lidiar toros de segunda.
Lo cierto, es que los aficionados a la fiesta brava sostienen que los toreros extranjeros vinieron a cobrar por un festival taurino y que lejos estuvieron de enfrentarse a un toro de verdad.
También hubo gente que castigó al empresario al no llenar a su máxima capacidad a una pequeña pero hermosa Plaza de Toros como es la Jorge “El Ranchero” Aguilar. De qué sirvió tener un cartel de altura si en la práctica sólo fueron “charlotadas” donde Herrerías ofendió a la afición taurina y a Tlaxcala.
Una más, ojalá y el titular del Instituto de Desarrollo Taurino de Tlaxcala, Luis Mariano Andalco López, no vocifere que fueron carteles de altura. Lo mejor es que se calle la boca y se ponga a trabajar. Tanta alharaca ¿para qué? ¿Esa calidad de toros tienen las ganaderías tlaxcaltecas?…
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