29 noviembre, 2011
Por ALEXIA BARRIOS G.
Las izquierdas en el DF se baten en el lodo, en las descalificaciones y golpes bajos. El árbitro está empeñado en empujar a su delfín y los enanos del circo quieren crecer haciendo mucho ruido. Las izquierdas peor que en el PRI y el PAN no presumen lo que han hecho bien, sino que descalifican y señalan quién es peor entre ellos para dejarlos fuera. Así, van en la ruta de una derrota segura.
En entre los aspirantes a la candidatura de las izquierdas para el GDF en el 2012, sólo hay cuatro con trayectoria en la izquierda: Alejandra Barrales, proveniente del sindicalismo independiente, Martí Batres, primero de la izquierda estudiantil y luego adoptado por la izquierda clientelar; Carlos Navarrete, de la “izquierda a modo” del viejo sistema –y algunos dicen que aún del actual- y el legendario “diputado huevotes” Gerardo Fernández Noroña, quien surgió en la escena nacional defendiendo a los deudores de la banca aunque no tenga idea de lo que es eso que llaman izquierda.
Salvo Barrales, que tiene posibilidad de dar la lucha por la candidatura y hacer un papel competitivo en el proceso electoral de 2012, los demás forman parte del relleno ruidoso para negociar otras posiciones.
Otros dos no tienen su pedigrí izquierdoso, pero hasta ahora son los que se han conducido con decencia y aparecen con posibilidades reales de ser candidatos: Miguel Ángel Mancera y Mario Delgado. Ambos aparecieron hoy en canales nacionales; el procurador en Foro TV con Brozo y el titular de Educación en Azteca 13 con el único conductor que se ríe cuando informa desgracias nacionales, Jorge Zarza.
Hoy, estos dos políticos mostraron una cara interesante dentro de la contienda de las izquierdas por la candidatura: ellos no están en la campaña sucia desatada por los equipos de los demás aspirantes. Mancera y Delgado se vieron como políticos de altura de miras. Pero ni Mancera ni Delgado las tienen todas a su favor para tener segura la candidatura del PRD-PT-MC al gobierno capitalino.
El procurador porque no ha dicho ni definido si quiere ser el candidato de las izquierdas o de algún otro partido, si bien aparece esporádicamente en entrevistas a medios locales y nacionales. Mantiene un nivel de aceptación muy aceptable a pesar de ello.
Contra Mario Delegado hay tres elementos en contra: ser visto como el “delfín” y caprichito de Marcelo Ebrard; estar en situación similar que Ernesto Cordero, al que quieren inflar pero su carisma es pésimo; y ser objeto de un frente opositor en las izquierdas, por lo que todos le tiran a él para que no llegue.
Por esta razón, en el grupo cercano a Ebrard están analizando con sumo cuidado como hacer que estos dos funcionarios crezcan y den la sorpresa a las tribus del PRD y paren, también, el interés del PT y MC por intervenir en sus proceso interno. Su única tercera opción, en este panorama, es Barrales, pero siente que le faltan tablas para enfrentar la ofensiva de las tribus y más aún, a pesos completos como lo serían Beatriz Paredes o Demetrio Sodi, sin son candidatos del PRI y PAN, respectivamente.
Ebrard, que conoce muy bien a las tribus perredistas desde sus tiempos de priísta, está diseñando una estrategia que le haría ganar todas. Ya lo hizo en 1991 cuando revirtió los resultados de 1988 y logró que el PRI-DF ganara con carro completo. Por ahora, su equipo está enviando mensajes a AMLO y a otras corrientes, para que el acuerdo sea respetado, esto debido a la insubordinación y juego sucio de algunas de las corrientes del perredismo capitalino.
Si bien Ebrard puede salir victorioso una vez que AMLO instruya disciplina con Ebrard a los aspirantes, lo que poco están observando es que hacia fuera de las izquierdas partidistas, la población y quienes estamos tratando de analizar cómo se definen las candidaturas al GDF, sólo se aprecia juego de descalificaciones, campañas sucias y golpeteo entre los precandidatos con origen de “izquierda”.
Entre esos precandidatos izquierdos destaca un estilo de denostar al contrario que no le pide nada a las estrategias de “guerra sucia” de Antonio Sola, contratando troles para ofender a los críticos o simpatizantes o amenazándolos. La gente de Martí Batres, quien tiene desplegada una campaña costosa en las calles del DF e internet, no pierde oportunidad para arremeter contra Alejandra Barrales, ahora acusándola de ser “empleada” de René Bejarano. No es extraño, Batres ha acudido a despachos identificados con la derecha y con el PRI y, según me informan, un empresario de origen libanés también le ayuda con pintura.
En la ALDF otro frente contra Alejandra Barrales se está cocinando. Legisladores afines a Ebrard han estado negociando cómo pararla y sacarla de la jugada, pues, por voluntad propia o por instrucciones, quieren despejarle el camino “al jefe”.
Alejandra Barrales, por su lado, no desperdicia tiempo y presume los recursos con que cuenta con espectaculares y pintas por toda la ciudad, ahora con las “cursos de invierno”. El domingo pasado armó una reunión en los Viveros de Coyoacán y se acerca a los ex integrantes de Izquierda Unida. De alguna u otra forma, la Barrales está tejiendo fino entre las corrientes y se perfila como una finalista segura, aun cuando Ebrard le quisiera poner un “jaque mate” en la ALDF.
Este día, el diario REFORMA, que no se destaca por la precisión metodológica, ha tenido que reconocer forzadamente que Alejandra Barrales va adelante en las preferencias, como lo han dicho otras encuestadoras. Pero, en cualquiera de los escenarios con posibles candidatos de las izquierdas, la priista Beatriz Paredes mantiene la ventaja, con un apoyo de entre 46 y 54 por ciento, a pesar de los desfiguros de los loquitos afines al hijo del “Rey de la Basura”. Esa ventaja podría crecer, si siguen creciendo los golpes bajos entre los caníbales perredisas.
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