MIEDO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

21 noviembre, 2011

* Tienen temor los políticos a que sean juzgados por la propia sociedad.

Reza un dicho popular: “El tamaño del arma es del tamaño del miedo”. Sólo así se puede explicar que diputados locales pretendan implantar una ley mordaza para evitar las críticas a los políticos.

Los diputados tienen miedo, porque no tienen argumentos. Por eso, la salida más fácil, más cómoda, es lanzar un arma que acalle conciencias, que prohíba críticas… un arma que acabe con la exhibición de su ignorancia.

Tan miedosos, tan irreflexivos, que no consideran la inconstitucionalidad de la propuesta de la nueva Ley de Acceso a la Información Pública, en la que los artículos 46 y 47 trastocan la actividad laboral de los periodistas de Tlaxcala, ya que van en contra de principios legales que garantizan el derecho fundamental de la libertad de expresión.

Tan miedosos, tan irreflexivos, que no consideraron que los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos son claros. Sería importante que los leyeran pero sobre todo los comprendieran los legisladores locales, principalmente, el priísta Francisco Romero Ahuactzi.

Tan miedosos, tan irreflexivos, nuestros legisladores locales, que en su propuesta implican un nuevo límite a la Libertad de Expresión: “el buen nombre y la honra”.

Y si apelan al buen nombre, que lo practiquen, y que dejen de expresarse y manifestarse con expresiones vulgares, soeces, como lo han hecho en numerosas ocasiones en el recinto legislativo y fuera de él.

Y si apelan a la honra, que su “honor” los conduzca a ser verdaderos demócratas y verdaderos republicanos y acepten sin remilgos las observaciones a sus conductas que no dejan de ser humanos con errores y aciertos. Ni los medios ni la sociedad merecemos este retroceso.

La etapa histórica de la Santa Inquisición quedó atrás como para querer revivir un “remake” de esta atroz e intransigente postura. La Revolución Mexicana, legó a todos los mexicanos, uno de los principios fundamentales de los derechos humanos: la Libertad de Expresión.

Cualquier intento que conlleve silenciar expresiones y opiniones personales, es reprobable, pues al acallar las voces se gesta el caldo de cultivo para el oscurantismo se apropie nuevamente de la posibilidad de construir una entidad progresista, desarrollada, moderna.

Las diferencias de pensamiento, como las ideológicas, se ganan y se pierden con las palabras, con las discusiones, con el disenso, con la crítica. No se ganan con leyes retrógradas y menos con posturas impositivas. Nuestros votos para que los diputados enfrenten sus miedos y demuestren el tamaño de su grandeza.

Los periodistas de Tlaxcala exigen freno a la intentona que pretenden hacer los diputados locales al crear una “nueva” Ley de Acceso a la Información Púbica. Exigen respeto a la Carta Magna y respeto a la labor informativo porque no seremos rehenes de intereses partidistas o de grupo.

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