17 noviembre, 2011
Por JAVIER CONDE GUTIÉRREZ
Vaya que algunos perredistas tlaxcaltecas tendrán que arrepentirse de haber despotricado a Andrés Manuel López Obrador, ahora virtual precandidato a la presidencia de la República por la izquierda mexicana. Uno de ellos, es el exlíder estatal del sol azteca, Alejandro Martínez Hernández.
Basta recordar que en las pasadas elecciones presidenciales, el propio Alejandro Martínez se convirtió en uno de los principales defensores del supuesto triunfo de López Obrador. En los diarios nacionales salieron publicadas diversas fotografías donde el exdiputado federal tomó la máxima tribuna del país, para evitar que rindiera protesta el panista Felipe Calderón Hinojosa.
Todo cambió un año después cuando la corriente mejor conocida como “los chuchos” a la cual pertenece el exlíder oaxaqueño rompió con el grupo del tabasqueño, por lo que los adjetivos y calificativos en contra del renovado López Obrador fueron demasiados y llegaron a ser ofensivos.
El ahora recién nombrado Secretario de Democracia Sindical, Derechos Laborales y Movimientos Sociales del CEN del PRD, se dedicó a denostar en contra de López Obrador, por lo que ahora tendrá que tragarse sus propias palabras aún cuando el excandidato presidencial diga que no hay rencores.
Y por qué es importante analizar el tema, simplemente porque Andrés Manuel tendrá que evaluar el desempeño de cada comité de base y por supuesto de las dirigencias estatales. Más aún, qué perredista fue leal en los cinco años anteriores porque de ello dependerá que la izquierda y el sol azteca limpien un escabroso pasado y recobren su credibilidad frente a la sociedad.
Alguien le deberá decir al tabasqueño que Alejandro Martínez al igual que otros perredistas como Cristóbal Luna Luna hoy secretario general del sol azteca denostaron e incluso terminaron por apoyar la declinación de Minerva Hernández a favor de la candidata panista a la gubernatura Adriana Dávila en el año pasado.
Pero lo que es la vida, quién imaginaría que los ex diputados federales, Alejandro Martínez y Adriana Dávila, considerados como integrantes del bronx (arguenderos) dentro de sus respectivas bancadas terminarían por ser amigos cuando cinco años atrás se enfrentaron verbalmente en plena sala de sesiones. Uno para defender el triunfo de López Obrador y la segunda, por pregonar la victoria de Calderón Hinojosa.
Y es que sin duda estos datos son importantes porque simplemente el ahora precandidato único a la presidencia de la República -por parte de la izquierda- ha dejado claro que aprendió de los errores, pero tendrá que ser cuidadoso en la organización de su movimiento a fin de ganar en las elecciones venideras.
Lo cierto, es que Alejandro Martínez se irrita cuando algunos periodistas lo califican como un “trapecista político” porque es bien fácil para él levantarle la mano al candidato de su preferencia personal antes que velar por los intereses de su partido. ¿López Obrador sabrá que apoyó abiertamente al PAN en las elecciones de 2010?
Sánchez Anaya, posicionado
Otro punto que es necesario analizar que otros perredistas quedarán bien posicionados con López Obrador y seguramente, encabezarán candidaturas al Senado y a las diputaciones federales. Uno de ellos, es el actual senador por Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya.
Todo indica que el exgobernador del estado, podría buscar una candidatura a la Cámara Baja y para ello, ha mantenido acercamientos con el tabasqueño quien le ha sugerido que sea el propio Sánchez Anaya quien sea nuevamente aspirante y no su esposa María del Carmen Ramírez.
Un punto a favor de López Obrador es que la mayoría de las tribus del PRD, se sumarán a su proyecto político pero habrá algunos que sigan coqueteando con el PRI y PAN, porque para ellos lo más importante es continuar viviendo del presupuesto y con canonjías.
El asunto es que los perredistas ya no caben y ahora pregonan que siempre confiaron en el regreso de López Obrador, quien ya se volvió sorepresivamente conciliador, “cristiano”, cauteloso todo un gurú. El hecho es que los perredistas se volcarán para defender a su precandidato y ya veremos como los denostadores de su partido lo adularán.
A Alejandro Martínez, conocido como un “trapecista político” seguramente será uno de ellos y se olvidará del pasado cuando las críticas hacía López Obrador eran tan fuertes como fuerte será su realidad, una vez que el tabasqueño comience a cortar cabeza políticamente hablando. ¿Habrá dejado el rencor en el cesto de la basura?…