07 noviembre, 2011
Por CORAZÓN DE PIEDRA VERDE
Lo seres humanos poseemos características muy complejas; dentro del mundo animal somos los únicos que tenemos la capacidad de razonar, y muchos pensarían que también la de enamorarse; pero, casi nadie sabe hasta ahora, que los animales también lo hacen, de la misma manera que nosotros, además, nuestro proceso de “enamoramiento” es bastante parecido al del mundo animal.
Es realmente sorprendente, darnos cuenta que nuestro sistema de “cortejo” es parecido en mucho a varios de los sistemas que utilizan otros animales dentro del reino animal. Quizá son métodos que se utilizaron desde hace millones de años, que evolucionaron y que derivaron de nuestros instintos animales, pero, también son nuestras reacciones químicas-biológicas las que se encargan de dicho proceso.
La sociedad entera, está inmersa en un juego continuo, unos lo imitan de otros y algunos más solo aprendieron de sus experiencias pasadas. ¿Quién no cree en el amor a primera vista? O quizá deba ser ¿Quién cree en el amor a primera vista? Existen diferentes razones por las cuales el hombre puede experimentar este sentimiento de estar enamorado desde la primera vez que ve a alguien.
Definitivamente, el amor a primera vista no existe como tal; con exactitud es una atracción que experimentamos todos cuando una persona llama nuestra atención de forma física, biológica y psicológica. Claro que todo es inconsciente, pues no es necesario que a cada persona que nos parezca atractiva la olfateemos o sepamos su historial de vida, sus gustos y cultura, aunque dichas características si influyan.
Con frecuencia, el “cortejo” se presenta (“clásico”) en los bares, antros o lugares donde se reúne gente joven y soltera, o que quizá solo busca “diversión”. El “ritual” es muy complejo y variado si lo comparamos con el de otros animales; tanto para hombre como para mujeres el lenguaje corporal es clave para poder iniciar dicho ritual y se asemeja mucho al del pavo real, ya que el individuo, sea cuál sea su sexo intenta llamar la atención cambiando radicalmente su postura, su tono de voz y su comportamiento.
Al pasar este nivel, sigue la charla, en donde la esencia intelectual será la responsable de mantener la atracción, pues si esta falla, todo lo que se había logrado con el juego de miradas, poses y señales antes dadas, el cortejo fracasa.
Lamentablemente tanto la atracción como las sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo al estar enamorados dejan de hacer efecto después de dieciocho meses, tal vez, pueda este estado durar hasta tres años, pero pasado este tiempo, la magia se termina y es solo cuestión del ser humano abandonar sus instintos animales, de reproducción, para pasar toda su vida con una misma persona, sin la necesidad de conocer a otras personas y abandonar el proceso de seducción animal que nos caracteriza.