18 noviembre, 2011
Por MANUEL ADAME
Ora sí, ando que me lleva la “tía de las Muchachas”, y pa’variar, todo por culpa del Heroico y Honorable Cuerpo de la Polecía Monecipal.
Y el lector se preguntará: ¿y qué mosca le picó a este desheredado? Pus antes de que se lo pregunte, mejor se lo respondo, pus que ora sí se armó la grande, y todo gracias a los jefes policiacos y a los que están un poquito más arriba.
Le cuento que el pasado miércoles iba rumbo a la ciudad de Puebla, en mi democrático camioncito, a comprar unas refacciones que necesitaba para arreglar un coche. Y que me voy de na… da cuando escucho en una estación de radio de la Angelópolis, en voz de Javier López Díaz, que los polecías “de Huamantla realizaron un paro de actividades por cobros indebidos”.
¡Mocos!, pensé, ora sí se pasaron con los “chotas”. Le pagan poco y luego les descuentan, ya ni la chi… flan que es cantada. Y entonces que me acuerdo que apenas el lunes anterior fui con mis amigos a refinarnos unas chelas a uno de los muchos centros de diversión nocturna que pululan en este “Pueblo Mágico”.
Me acuerdo muy bien que en ese Templo de Baco, mi gran amigo el Sargento Cabas llegó corriendo y muy agitado, pálido como recién casado, con los ojos sumidos, la barba de tres días y con unos nervios de maraquero:
“¡Ay jijos de la tostada! Ora sí no sé qué va a pasar… va a estallar la Revolución de la Malinche; denme una cerveza pa’l susto”.
Tras pegarse a la botella como lo haría un bebé al pecho de su nodriza, no paró hasta ver el fondo de la botella de tremenda Caguama, y apenas con el resuello jaló aire para continuar con sus dichos:
“Pos ora sí creo que el siñor presidiente va a mandar a la chin… a comunista al direitor de la seguridá de Huamantla, porque apenas la semana pasada los regidores hicieron una visita al edificio de la policía municipal y pus no estaba Octavio López Cuéllar”…
“Aunque el problema no se originó porque no estuviera el direitor, pues posiblemente cumplía leal y patrióticamente con sus atribuciones y anda de rondín para vigilar a sus muchachotes”…
“Pero ya ven que ‘pueblo chico, infierno grande’: apenas llegaron al centro de la suidá los siñores regidores y como reguero de pólvora comenzó a cundir el chisme: que al direitor de la policía monecipal lo habían internado supuestamente en un hospital privado quesque por una… de no sé qué cosas”.
“Y pus que me pongo a preguntar con mis conocidos y hasta con los desconocidos; total que no he podido comprobar si ese chisme era cierto; aunque mis fuentes insisten en que ‘de Octavio, no lo dudes’. Por eso es que ando sin dormir, pues me anduve atariando en mi labor detectiveca”.
Ya íbamos a brindar nuevamente por nuestro reencuentro semanal en los antros del Pueblo Mágico, cuando nuevamente nos interrumpió el Sargento Cabas: “Y por cierto, ¿ya se enteraron del operativo montado por la polecía monecipal en el que detectaron una casa en la que guardaban autos robados?”
Justo estaba por decirnos el resultado del operativo cuando al lugar donde estábamos llegaron dos hombres mal encarados y hasta llegué a pensar que nos golpearían, pero saludaron con mucho respeto al Sargento Cabas; luego me enteré de que eran dos de sus “orejas” en la policía… hasta que los dieron de baja.
Tras sus respectivas cervezas de bienvenida, los extraños se integraron a nuestra charla y retomamos el tema pendiente desde su llegada; hasta que uno de ellos, el Tacho Orona, se quejó amargamente:
“Pus ustedes verán, a nosotros nos despidieron dizque por transas; pero lo que no saben es que, cuando Raúl Cervantes fue presidente, habían dado de baja a por lo menos cinco efectivos porque dieron positivo supuestamente en el examen antidoping y a uno que otro también les dieron las gracias por que se dedicaban a la extorsión”.
“Y menos saben que esos ya regresaron; algunos de ellos ahora se desempeñan en altos cargos de la policía municipal… creo que de comandantes primeros”…
Los presentes nos quedamos sin respiración, hasta que, con aires de suficiencia, el Sargento Cabas se despachó:
“¡Ah!, pues entonces a lo mejor por eso no hubo detenidos en el operativo en el que aseguraron los cinco vehículos con reporte de robo, ahí en Nuevos Horizontes! Pudo ser un distractor para dejar de lado la supuesta enfermedad del director de la policía”.
Ya acalorados, entró en la conversación el otro sujeto, Miguelito Cabas (primo del Sargento Cabas): “Uta y todavía les falta saber que de los 195 elementos que existen en la policía municipal, sólo 50 son aptos y todos los demás ni siquiera han presentado el examen de control de confianza”.
¡Ay, güey! Pus entonces en materia de seguridad estamos de la Chi… na Poblana. Pus con tanto escándalo veremos si el siñor presidiente hace verdaderos cambios para que los huamantlecos vivamos tranquilos y seguros; porque eso sí, en su campaña ofreció:
“Por eso en mi gobierno habré de desarrollar una estrategia de seguridad […] para desempeñar con mayor eficiencia su trabajo de seguridad. La seguridad pública será una prioridad en mi gobierno”.
Ya veremos si fue un ofrecimiento real o nada más de “dientes para afuera”.
Suspenden obra
Otra más del “preciso” resulta que este jueves la Coordinación General de Ecología (CGE) clausuró temporalmente la obra donde pretende construir el Centro de Desarrollo Comunitario. La dependencia estatal exigió al galán del barrio de Santa Anita que presente su estudio de impacto ambiental. ¿Y qué creen?… pos que no lo tenía.
Resulta que primero derribó árboles, destruyó el campo de futbol y sin permiso de la meritita autoridad. El asunto es que incurrió en una violación a la ley y dicen los de ecología que al munícipe le impondrán una sanción. Ándele por andar atentando contra la mismísima naturaleza.