17 octubre, 2011
Por CLAUDIO CIRIO ROMERO
El jueves 6 de octubre pasado, en el marco de la IV Semana Estatal de Transparencia, pese a que hay quien pueda opinar con la flojera intelectual de siempre que no habría ocurrido nada importante en ella, tuvimos un panel con representantes de los partidos políticos en Tlaxcala.
Amablemente la Universidad Metropolitana de Tlaxcala nos abrió sus puertas para que sin otras pretensiones, más que las de exponer con seriedad una postura política, los partidos hablaran de sus compromisos con la transparencia.
Hay que recordar desde luego que en Tlaxcala, tanto los partidos políticos con registro nacional como los que tienen sólo registro local, son sujetos obligados por la Ley de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de la entidad.
Lo que sin más quiere decir que al ser entes públicos, es decir que reciben recursos producto de los impuestos de todos, tienen el compromiso de actuar con claridad, es decir sin secretos para los ciudadanos en particular y las personas en general.
Porque qué otra cosa es la transparencia que eso, que los dirigentes de los partidos en lo particular y los militantes en general sepan que la información que manejan es pública, salvo los datos personales de estos y ellos mismos.
Cuando planteábamos la posibilidad de que se desarrollara este foro, lo hacíamos en el entendido de que no faltaría quien viera en ello una mala intención, como la de “balconearlos”. Y es que como su prestigio es malo ante la población en general al grado de que equivocadamente hay quienes piensan que no deberían de existir siquiera; la apuesta también estaba en que los propios dirigentes aceptaran participar en el ejercicio.
Y decimos equivocadamente, porque hasta ahora las sociedades no han inventado otro tipo de organizaciones que puedan ocupar el lugar que ocupan. Que en la metáfora de un barco es el llamado “cuarto de máquinas”.
Se invitó a los nueve partidos que reciben recursos públicos vía el Instituto Electoral de Tlaxcala. Todos ellos confirmaron su asistencia y sólo faltaron PAN, Convergencia y el PAC.
Se trató de permitir que pudieran plantear y de esa manera contrastar su compromiso concreto tanto con el Derecho al Acceso a la Información Pública como con el Derecho a la Protección de los Datos Personales.
Cada uno de los representantes de los partidos políticos tuvo cinco minutos de participación inicial en los cuales comentaron (aunque sinceramente no todos lo lograron) de manera concreta qué están haciendo en cuanto al cumplimiento de la ley de transparencia a manera de avances y obstáculos que tienen en la materia.
Quizá por cierto cansancio del auditorio no hubo más que tres preguntas del público, pero un amigo periodista formuló una que me pareció central: ¿Apoyarían con sus diputados para que la CAIPTLAX tenga capacidad sancionatoria?
Ninguno de los ahí representados se manifestó en contra. Ojalá, como lo propuso Roberto Nuñez Baleon, presidente del PS, efectivamente los integrantes de las diferentes bancadas en la LX Legislatura local legislen en ese sentido y otros que fortalecerían a nuestro órgano garante de la transparencia.
Cosa que no es muy difícil de esperar si es que tomamos como ejemplo el hecho que desde mayo se haya aprobado una nueva Ley de Archivos y el martes 4 de octubre se haya dado la primera lectura de la Ley de Protección de Datos Personales que hemos trabajado de manera conjunta tanto la CAIP-TLAX como la Comisión respectiva del Congreso que preside el diputado Francisco Javier Romero.
Escribiendo cada dos semanas en Palabra en transparencia sobre ella, creo que más que “desgastarlo” es una necesaria insistencia sobre un tema que cruza prácticamente todos los temas de importancia social y política.
Si hay programas de radio, televisión o columnas que hablan por ejemplo de toros, porqué no habría que hablar constantemente de estos derechos humanos fundamentales.
Claro, y en ello está mi convicción democrática, también hay que hacerlo con la seriedad intelectual necesaria y no con “rollos”.