03 octubre, 2011
*El problema ahí está
El problema que se cierne en las calles de muchos municipios del estado, debería ser atendido de inmediato por las autoridades estatales y las respectivas municipales, o de lo contrario estarían generando las condiciones necesarias para un crecimiento en los índices de violencia e inseguridad que ya son alarmantes.
La voz de alarma la dieron los mismos vecinos de los municipios de Contla, Muñoz de Domingo Arenas y Apizaco, quienes denunciaron al Instituto Nacional de Migración por la falta de oportunidad y acción “en este problema social que se presenta en las calles desde varias semanas”.
Y es que, la publicación en un medio de circulación local de la presencia de niños centroamericanos da cuenta sobre la aparición de menores de entre 12 y 19 años que, drogados, se encuentran entre los cruceros ferroviarios de los municipios de Apizaco, Santa Cruz Tlaxcala, Contla, Chiautempan, Muñoz y Tlaxco.
No se trata de descalificar a los centroamericanos que viajan en busca del sueño americano, ya que sus gobiernos no han satisfecho sus necesidades; y tampoco se trata de generar una ambiente de xenofobia contra; se trata de que las autoridades, federales, estatales y municipales, generen las condiciones adecuadas para evitar que la presencia de los migrantes se convierta en un problema de seguridad nacional, porque en su paso por nuestro país no se cumplen las normas.
Ahí está el análisis de nuestro columnista, Edgar R. Conde Carmona, publicado el pasado 30 de mayo de 2011, con el título “No aprendemos”:
“Hoy, el alcalde apizaquense, advierte sobre la Ley de Migrantes: ‘es una norma que debe ser revisada más a fondo, trae beneficios (sic), pero no se pensó en municipios como Apizaco [o Huamantla, o Calpulalpan], un lugar bien marcado como lugar de descenso y atractivo para el crimen organizado, creo que las modificaciones serán por entidad’.
“En efecto, lo que plantea el munícipe Santacruz Carreño es un tema que no puede, no debe ser pasado por alto por los integrantes de la LX Legislatura local, quienes tienen en sus manos la oportunidad de generar una dinámica a favor del federalismo y a su vez poner el ejemplo sobre la materia.
“Y es que no se trata de caer en el prejuicio de que todos los inmigrantes indocumentados que se encuentren en territorio nacional sean delincuentes. No. Muchos de ellos, huyen de sus países, como cientos de miles mexicanos, porque en sus naciones no encontraron las oportunidades necesarias para tener una vida decorosa, digna”.
“No se trata de una cacería sin ton ni son. Por el contrario, hoy más que nunca se hace urgente brindar garantías humanitarias a los miles de hermanos centroamericanos que cruzan por nuestro territorio en busca del famoso “american way of life”. Los ejemplos han sido terribles y evidentes: decenas que aparecen muertos en cajas de trailers porque los “polleros” los abandonaron en el desierto o (peor aún) decenas de extranjeros que fueron entregados a las mafias del crimen organizado para secuestrarlos o engrosar las filas de la delincuencia.
“Amén de los miles que anualmente tiene que regresar, en el mejor de los casos, mutilados porque al quedarse dormidos sobre el tren en movimiento sufrieron graves accidentes o de los cientos que dejan su vida cercenados por las ruedas de acero.
“Y es en eso en lo que los legisladores tienen que trabajar. No nos corresponde enjuiciar a quienes buscan la oportunidad de ganar dinero honrado y bien ganado para mantener a sus familias. Pero lo más coherente, en estos momentos, puede ser una legislación que considere a los migrantes (que están de paso por territorio tlaxcalteca), como seres sujetos de derechos, pero, sobre todo de obligaciones.
“De esta manera, se puede revertir el estigma de que todo centroamericano es ‘mara salvatrucha’ y generar incluso un banco de datos con el cual las autoridades de inmigración puedan enfrentar contingencias como la que reciente conocimos a través de la prensa nacional, en el sentido de que un numeroso grupo de ‘ilegales centroamericanos’, fue entregado al crimen organizado: sólo dos o tres se salvaron, mientras que el resto perdió la vida en el intento de tener una mejor vida.
“No ‘queremos que esto pase en Apizaco, pero no tenemos la respuesta para ayudar a tantos miles que pasan todos los días, pero principalmente el fin de semana, se ha convertido en un fenómeno social’. Y la respuesta a este problema está únicamente en los diputados locales que pueden hacer los esfuerzos necesarios para generar una ley particular y garantizar a la población y a los propios migrantes, la seguridad que se merecen en sus personas y sus propiedades.Se trata de que de manera urgente se forme una comisión interdisciplinaria y multinivel, por medio de la cual se establezcan mecanismos adecuados para brindar la seguridad que reclaman los vecinos de los municipios señalados
Y no vaya a ser que dejemos pasar más tiempo, cuando nos lamentemos por los efectos de no haber actuado con oportunidad y decisión.