“LA SEMIÓTICA EN NUESTRA VIDA COTIDIANA”

03 octubre, 2011

Por CORAZÓN DE PIEDRA VERDE

Durante la estancia del hombre en el planeta, la comunicación y su desarrollo han sido fundamentales para poder establecer y mantener las relaciones humanas; la semiótica, desde tiempo atrás, pasó a formar parte importante para lograr, de manera eficiente, esta comunicación.

Desde su invención, la semiótica es la responsable del significado que se le da a cada uno de los fonemas que se han utilizado a lo largo de la historia del hombre.

El presente trabajo tiene como propósito demostrar que la semiótica es fundamental para una adecuada comunicación entre las personas, especialmente en el contexto globalizado, que demanda una correcta interacción a través de las redes sociales.

Pero ¿actualmente la semiótica influye totalmente en el lenguaje que utilizamos al comunicarnos? Quizá se ha vuelto tan normal dentro de nuestras actividades, que olvidamos que forma parte de todo lo que hacemos y comunicamos todo el tiempo.

El ser humano, para poder adaptarse a los diferentes sistemas que utiliza la comunicación, debe utilizar ciertos métodos; y es aquí donde entra la semiótica que, como “disciplina es el análisis de los signos o el estudio del funcionamiento del sistema de signos” (Cobley, 2004:4); entonces podemos decir que la semiótica ha existido desde los inicios del lenguaje como tal: “kinésico, oral y escrito” (Guiraud, 1972).

Para poder entender cómo funciona y nos influye la semiótica, nos basaremos en dos textos, el primero de Paul Cobley, “Semiótica para principiantes” y el segundo de Pierre Guiraud, “La Semiología”.

Entonces podremos entender que la semiótica está “hasta en la sopa”, pues es prácticamente imposible separarla de la estructura de nuestra comunicación y del lenguaje que utilizamos todos los días. Para explicar cómo nos sirve la semiótica en la vida diaria me apoyaré en su función o requerimiento en las redes sociales.

Actualmente, los nuevos medios de información, tales como las ya famosas “redes sociales”, qué más allá de brindarnos información relevante, nos incitan a compartir nuestra privacidad con nuestros “amigos”; la semiótica adquiere un papel importante dentro de este tipo de situaciones, ya que ésta es manipulada, lo que genera gran número de errores dentro de la comunicación, en cuanto a lenguaje, gramática, sintaxis, etc.

Ferdinand de Saussure postuló “una lingüística sincrónica”. Presentó un análisis del estado de la lengua en general, “un esclarecimiento de las condiciones necesarias para la existencia de cualquier lengua” (Saussure, 1916:9).

El autor nos propone qué, dependiendo del contexto, la forma del lenguaje puede variar o cambiar de manera radical, pero en un contexto histórico actual.

De la misma forma dice: “En cualquier signo, inseparable del significante –y de hecho, engendrado por éste– está lo que Saussure denomina el significado. Se trata de un concepto mental” (Saussure, 1916:11).

Es curioso, observar hoy en día, un solo signo o conjunto de ellos puede tener gran cantidad de significados relacionados o no con este, o bien puede quedar como una gran interrogativa para quién no sabe su significado real.

Por ejemplo, al escribir en “Messenger”, “Face” o “Twitter”, hemos deformado de forma aberrante nuestra forma gramatical de escribir algunas palabras o las abreviemos a tal grado de contar con tan solo dos o tres significantes, como: “ntp”, “ntc”, “so qe”, “grax”, entre otras más que han sido resultado del cambio que nosotros mismos le hemos dado al lenguaje escrito.

“Un signo es un estímulo -es decir una sustancia sensible- cuya imagen mental está asociada en nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por función evocar con el objeto de establecer una comunicación” (Guiraud, 1972:33).

A tal grado ha llegado este tipo de deformaciones en el lenguaje que, ahora, ya es normal o común para algunos, identificar este pequeño de signos que interpretan algo que se les ha designado.

Pero también, Guiraud nos marca que: “En la práctica, son numerosos los sistemas en que un significante puede remitir a varios significados y donde cada significado puede expresarse por medio de varios significantes” (Guiraud, 1972:39), esto corresponde según el autor a la monosemia (característica de la significación); lo que permite que entonces podamos entender el significado de los signos que modificamos.

Quizá podríamos considerarlos como sustitutos del lenguaje, pues, son transcripciones del sonido de la letra que le corresponde a cada una (Guiraud, 1972), pero ¿la semiología reconocería este tipo de deformaciones del lenguaje como parte del mismo?

El cambio en la manera de escribir ya fue examinado por la Real Academia de la Lengua Española, la cual no concuerda con este tipos de cambios, ya que cada una de las palabras ya tienen un significado establecido.

Hoy en día, es común encontrar variaciones incorrectas en la forma del lenguaje escrito y del oral; pero la semiótica no es la responsable de todos estos cambios, aunque si se encargue de estudiar toda la gama de estas variaciones dentro del contexto actual. Es normal que los signos lingüísticos tengan ciertas variaciones, pero las deformaciones en las formas de escritura no son del todo correctas e interpretativas.

Esta nueva forma de escritura (que no es nada correcta para la gramática convencional) nos permite comunicarnos de forma escrita con mayor rapidez y sin la necesidad de escribir tanto texto, lo que nos proporciona mayor ventaja a la hora de escribir, pero esto solamente se puede hacer en las redes sociales y sus relativos, pues utilizar dichos morfemas en un texto científico sería una falta abismal dentro de nuestra lengua.

El ser humano se caracteriza por ser un ser inteligente y cambiante, que no tiene limitación alguna ¿será posible que este tipo de deformaciones prevalezca por más tiempo o desaparezca en tiempo no muy lejano?, podemos decir que al escribir de ésta manera el hombre ¿no es inteligente?

Es importante que como individuos y con la ayuda de la semiótica aprendamos a utilizar nuestro lenguaje de manera correcta y eficaz, sin la necesidad de modificarla y quedarnos con un vocabulario pobre y  mediocre, sino al contrario.

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