12 septiembre, 2011
* Cuando la apatía surge, surge el estancamiento
Entendible, sí; justificable, no. Que exista “desinterés” de los presidentes municipales por “crear sus leyes de ingresos”, ya no resulta una excusa creíble ni aceptable. Y sin embargo, no existe el ordenamiento jurídico que obligue a las comunas a cumplir con este requisito.
En efecto, es entendible que, si existe una Ley Estatal, por medio de la cual se deja abierta la posibilidad de que las presidencias municipales elaboren su propia ley o se ajusten a la general del estado, los alcaldes opten por la segunda alternativa, ya que eso les resulta menos complicado y estresante.
Lo injustificable es que, a estas alturas, se pretenda responsabilizar a los alcaldes de un tema que debe caer directamente en los Diputados quienes obligados están para modificar la ley que exija a los municipios a elaborar sus respectivas Leyes Municipales de Ingresos.
Viene la reflexión a partir de una simple observación: las condiciones y necesidades que tiene cada ayuntamiento con completamente diferentes –ya por su estructura, ya por su extensión, ya por su población e incluso por su presupuesto–.
Por lo tanto, es inaplazable que los integrantes de la LX Legislatura elaboren, a la brevedad posible un proyecto de Ley o la modificación de la actual, en la que se generen las condiciones para que cada municipio cuente con su Ley de Ingresos, para que en realidad se fortalezca el federalismo tan cacareado pero ninguneado.
Por esa razón, las declaraciones del titular del Órgano de Fiscalización Superior, Crispín Corona Gutiérrez, llaman a otra reflexión: el OFS, como órgano rector, bien podría preparar todo un curso o un seminario para proporcionar a los presidentes municipales, a los tesoreros y a los regidores y presidentes de comunidad, las herramientas y conocimientos necesarios a efecto de vencer lo que dice: “no tienen conocimiento por dónde entrar”.
Sólo de esa manera se podrá “demostrarles [a los presidentes municipales] lo que es necesario hacer en sus municipios”; pero no se logrará sólo con “orientar a los funcionarios” sino con generar todo una estrategia efectiva que además de mover conciencias genere certeza jurídica y financiera.
Y es que la Ley de Ingresos Municipal facilitará el cobro de impuesto predial y otros derechos municipales, lo que generará una mayor asignación presupuestal para cada demarcación.
Pero el llamado no es para que las acciones se inicien para el fin de trienio o la conclusión de la Legislatura; se trata de que esta propuesta se presente en la brevedad para que incluso pueda ser discutida y analizada por los propios involucrados y por la misma sociedad civil.
No son los alcaldes los desinteresados. El desinterés proviene de la falta de lineamientos y mecanismos que faciliten su labor. Y esos lineamientos y mecanismos son responsabilidad del Congreso. Así que en lugar de abanderar causas ajenas y recomendar empleados, bien valdría que los legisladores hagan lo que les corresponde: legislar.