TODOS CONTRA LA TRATA

01 agosto, 2011

*No deben diseñarse acciones sexenales 

La presentación en Tlaxcala del libro “Del cielo al infierno en un día”, autoría de Rosi Orozco (diputada federal) y Evangelina Hernández (periodista), es el pretexto idóneo para someter a discusión abierta y pública en la Agenda Tlaxcala la Trata de Personas.

Y es que, a pesar de que se considera que Tlaxcala cuenta con una Ley severa, que establece 40 años de cárcel para quienes cometen este delito, es lamentable el dicho de la diputada autora del libro referido, Rosi Orozco; en Tlaxcala, “culturalmente está totalmente aceptado el padrotismo”.

Tanto, que de las 62 víctimas atendidas por la Comisión Especial de Lucha contra la Trata de Personas, de la Cámara de Diputados Federal, en 52 casos, el tratante o explotador era oriundo de Tlaxcala.

Por eso, a pesar de ser recursos extraordinarios que muestran la disposición del gobierno estatal por la preocupación ante este problema, son insuficientes los 10 millones de pesos que les fueron asignados a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala (PGJE).

Lo anterior se desprende ante un problema global, en el que se ven involucradas verdaderas “redes de trata de blancas” en las que participan tlaxcaltecas y en las que no se limitan “a trasladar al país mujeres de Centroamérica y el Caribe, sino que se extienden a prácticas a países como China, India, Argentina y en algunos de Europa”, según resalta el Instituto Nacional de Migración (INM).

Es alarmante que a estas alturas el propio INM resalte que “se ha detectado en Tlaxcala la presencia de redes internacionales de tratantes de personas” que están destinadas principalmente a la explotación sexual de personas provenientes de Centro y Sudamérica, el Caribe, Asia y Europa, las cuales son atraídas “con la falsa promesa de brindarles un buen trabajo en el estado”.

Por eso, aunque son plausibles, son insuficientes los resultados ofrecidos por la PGJE de “haber rescatado a cuatro jóvenes y haber recibido más de 40 denuncias de mujeres víctimas de trata”, así como son insuficientes los operativos que se efectúan en contra del establecimiento de zonas de tolerancia en la entidad para ejercer la prostitución.

Especialmente es insuficiente, cuando cada fin de semana, en el corredor Chiautempan–Puebla y Chiautempan–Apizaco, por la noche los automovilistas pueden apreciar grandes cantidades de hombres y mujeres que hacen de la prostitución su modus vivendi.

Igual de insuficiente (aunque no por ello despreciable) resulta la reciente instalación del Consejo Estatal contra la Trata de Personas, que busca inhibir el delito.

Y en esta lucha, que debe ser frontal y sin cuartel, una buena parte para alcanzar excelentes resultados para desterrar este grave cáncer, que se convierte en el tercer delito más lucrativo (después del narcotráfico y del secuestro), es tarea de la sociedad tlaxcalteca involucrarnos activa y directamente.

Como dijo Camila (víctima de este fenómeno que fue obligada a prostituirse por su esposo) “les pido sobre todo a las mamás que le inculquen valores a sus hijas, que sepan que no tienen que ir con cualquier persona y que tienen que tratarlos ante la familia durante mucho tiempo, para no caer en su juego”.

En efecto, no será con recursos millonarios como se combata este fenómeno lacerante; sino con acciones de mayor educación tanto en la familia como en las escuelas, a efecto de dotar de mayores herramientas a todas las personas para no caer víctimas de la trata de personas.

Hagamos un frente común contra la trata de personas… por el futuro de nuestros propios hijos.

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