MONTERREY LLORA A SUS MUERTOS

28 agosto, 2011

Por la REDACCIÓN

Dos días después del atentado contra el casino Royaleen Monterrey, que dejó como saldo 53 personas muertas, los familiares de las víctimas comenzaron a sepultar a sus seres queridos.

Una docena de funerarias recibieron a cientos de deudos, quienes se ven agotados; algunos de ellos pasaron del impacto de la noticia a la procesión dolorosa de buscar en hospitales a sus familiares y luego a suidentificación en el servicio médico forense.

Ropa, credenciales, dentadura, cabello, lo que se salvó del fuego, han servido para reconocer al hijo, al hermano, a la madre, a la abuela.

Hasta este sábado, habían sido identificadas 45 de las 52 víctimas, y el nonato.

Luego, los rezos, el olor a flores, llanto, calor, dolor en el ambiente. Pocos son los que tienen serenidad para responder a las preguntas de los funcionarios de dependencias estatales y municipales que se han acercado para ofrecer ayuda: gastos funerarios, asesoría jurídica, apoyo psicológico.

Algunos acceden, otros lo único que quieren es que los dejen llorar a sus seres queridos, “es como si el alma se me hubiera quedado suspendida, congelada”, dice la hermana de una de las víctimas.

Un niño de 10 años ingresa a una de las salas, su rostro no muestra emociones, sólo se abraza de su abuela que llora sofocada. El menor es hijo de una de las víctimas; ella madre soltera, él su único hijo, “ahora sólo nos tiene a nosotros”, dice la anciana mujer que lo acaricia.

Los nombres de quienes murieron por el atentado se leen en las pizarras de las funerarias, la mayoría son mujeres (34 según la cifra oficial), desde la más temprana edad (19 años) hasta mayores de 60. Vidas que quedaron suspendidas en minutos.

Los familiares que acceden a compartir extractos de la vida de sus seres queridos lo hacen como sumergidos en un sueño, otros al evocar recuerdos rompen en llanto y no pueden hablar más.

Justicia es una palabra que ahora les parece lejana, saben que está ahí, que tarde o temprano tendrán que reclamarla. Por ahora, todavía no salen del asombro de lo sucedido.

Los reporteros también se acercan, quieren saber a quiénes les lloran, pero la respuesta de los deudos se repite: “tenemos miedo, no queremos señalar, ahora fueron ellos, después pueden venir por nosotros”, dice el cuñado de unas de las víctimas que prefirió reservarse su nombre.

“Ayer (viernes) vino el presidente (Felipe Calderón), declaró luto nacional, el gobernador (Rodrigo Medina) también, eso no sirve de nada, si de verdad quieren hacer algo, que cierren definitivamente los casinos, ellos pueden hacerlo porque son los que dan los permisos, pero no hay voluntad, con declaraciones y recompensas para encontrar a los asesinos, no se resolverá nada”, asevera otro de los deudos que también se reservó su nombre.

El jueves por la tarde, un grupo de hombres ingresó al casino Royale de Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León. Ellos intentaron hablar con el gerente y, al no obtener respuesta, incendiaron el lugar, según algunos testigos.

Este viernes cayó una tormenta sobre la ciudad regia, “parecía como si el cielo llorara a nuestros muertos”, era el comentario general entre taxistas, vendedores, la gente en la calle.

Más allá de las metáforas populares, en las calles regias sus habitantes siguen su vida habitual, aunque la pesadumbre flota en el ambiente.

FUENTE: CNN Expansión

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