29 agosto, 2011
* Sólo se trata de un asunto mediático.
Los gobiernos federal y estatal, a través de sus operativos de seguridad interinstitucionales anuncian y anuncian la clausura de bares, antros y centros nocturnos y por el otro lado, los ayuntamientos expiden y expiden licencias para el funcionamiento de los mismos.
Entonces de que sirve que hagan este tipo de operativos si en realidad no se está combatiendo a foto la trata de personas, ni la corrupción de menores, pero si se alienta que aumenten este tipo de establecimientos que han crecido en forma exorbitante. ¿Para qué tanto ruido?
Lo más criticable del asunto es que no hay resultados palpables que demuestren que los operativos son eficaces porque ya hasta los “polis” posan para la fotografía que saldrán en los medios de comunicación. ¿Puro protagonismo?…
Una prueba, es lo que ocurrió en Monterrey, Nuevo León donde la operación de casinos -unos legales y otros ilegales- originó la cobarde matanza de 52 personas.
Las circunstancias no son comparables con la economía de Tlaxcala, pero sí le corresponde al gobierno estatal y municipal prevenir acciones en materia de seguridad, protección civil y de salud que más adelante puedan originar una tragedia. El riesgo siempre está latente y si la impunidad, la corrupción y otros vicios prevalece poco se podrá hacer.
¡Un réquiem por las víctimas de Monterrey!…