04 agosto, 2011
Por JAVIER CONDE GUTIÉRREZ
Calderón necesitado de credibilidad
La rotación de delegados federales por parte del presidente de la República, tiene una clara connotación: comenzar a trazar una estrategia político-electoral que le beneficie en primer lugar a su delfín, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Soto Arroyo y posteriormente al Partido Acción Nacional.
La llegada de Benjamín Ávila Márquez a Diconsa, es una clara muestra de que Felipe Calderón también está labrando el camino para que su incondicional la otrora excandidata a la gubernatura de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, quede como abanderada al Senado de la República.
Los cambios por supuesto han generado incertidumbre en el resto de los delegados porque simplemente el mandatario del país, trae marcada su ambición para que su candidato y su partido sigan en el poder. Claro está que la máquina electoral, (las delegaciones) deberá quedar afinada para el 2012.
Asimismo, el relevo que se dio en la representación de la Secretaría de Gobernación donde despachaba, Juan Antonio González Necochea, es una clara visión de que Calderón hará hasta lo imposible por mantener un “espionaje” férreo contra de personajes políticos en lo sucesivo.
Otro cambio que muchos se preguntarán qué tiene que ver con lo político electoral es el que se dio en la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR). Ramón Eusebio Guillén Llarena, extitular de la misma al igual que otros colegas suyos simplemente no aprobaron un examen de confianza.
En su edición de este miércoles, el periódico El Universal publicó una nota informativa donde una fuente consultada revela que 21 delegados de esa institución fueron obligados a presentar su renuncia porque no pasaron dicha evaluación que recientemente se aplicó en la capital del país.
Sin embargo, en el terreno político dicen que la procuradora Marisela Morales Ibáñez recibió una orden de Los Pinos para hacer una “limpia” en el primer círculo de la PGR, de cara al proceso electoral, toda vez que Felipe Calderón está necesitado de recuperar su credibilidad en el escenario nacional.
Dichos cambios son una muestra de que el PAN buscará por todas las vías mantenerse en el poder, por lo que se avizoran más relevos en las delegaciones federales, pues los panistas andan preocupados de que se les esfume la presidencia de la República.
Otro punto que Felipe Calderón ha cuidado, es la relación con el exgobernador Héctor Ortiz Ortiz, quien sabe perfectamente que es una pieza clave para ganar votos. Sin la ayuda de Ortiz el PAN fracasará en Tlaxcala.
Es por esta razón que el presidente y el gobernador mantienen una relación política más fuerte que nunca. Héctor Ortiz sólo espera que las cosas se acomoden dentro del PAN, en los siguientes meses para que ponga a trabajar a su estructura y hacerle frente a un PRI hambriento.
Así de sencillo, si Ernesto Cordero es el candidato del PAN a la presidencia de la República, seguramente Felipe y Héctor caminarán juntos hasta el final de la elección, pero si el abanderado es otro, claro está Ortiz sólo velarán por sus propios intereses porque esa siempre ha sido su ideología. ¡Muerto el Rey, viva el Rey!…
¿Y dónde quedó la donación?
Al culminar su periodo como gobernador del estado, Héctor Ortiz Ortiz, recibió una donación por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex). Esta consistía en que la autoridad recibiera material para que el Ejecutivo y la mayoría de los municipios, pusieran en marcha un programa para mejorar el asfalto de calles.
Sin embargo, hay suspicacias de que esta donación nunca se ejecutó en la entidad y dicen que los beneficiarios fueron algunos constructores como suele suceder en la mayoría de los casos. ¡Una rayita más al tigre!…
Su “guardadito”
La Comisión de Finanzas y Fiscalización del Estado, le tiene su “guardadito” a varios expresidentes municipales, que se han negado a comprobar varios millones de pesos. Así es que en los próximos días serán citados para que respondan al interrogatorio de los diputados de esa comisión.