08 agosto, 2011
Por EDGAR CONDE CARMONA
Quien pretenda que a una autoridad legítimamente electa fracase, le apuesta a que de igual manera fracase la comunidad y por ende, fracasen los habitantes de esa comunidad.
Viene a colación el comentario sobre la situación tensa y caótica que se vivió los últimos días en el municipio de Huamantla, a raíz del posible cobro de ingreso a la feria que está próxima de alcanzar las 140 ediciones.
Durante este recuento es menester considerar que de este asunto no podemos, no debemos decir si hay o hubo triunfadores y perdedores, pues si bien es cierto que la decisión final fue valiente, también es indispensable reconocer que al tomarla (el alcalde, el ayuntamiento o el patronato de feria) tomaron como referencia el abucheo del que fue objeto el presidente Carlos Ixtlapale Gómez, durante la ceremonia inaugural de los festejos anuales de esta ciudad.
Pero lo que debemos poner sobre la mesa de discusión, más allá de quién tuvo la razón en esta disputa: si la autoridad municipal por querer cobrar el ingreso al recinto ferial para asegurar mejores espectáculos o si quienes encabezaron las movilizaciones para impedir ese cobro; es la falta de una política municipal eficiente que garantice el logro de los objetivos planteados en el Plan Municipal de Desarrollo.
De otra manera, quien encabeza la actual administración municipal seguirá dando bandazos, especialmente por una razón: la percepción que quedó en la ciudadanía es la de una autoridad endeble, que primero apostó por la cerrazón (tanto que se negó a escuchar a quienes se manifestaron contra la medida) y que al final de la jornada tuvo que recular, casi obligadamente, a costa de un altísimo costo político.
De hecho la propuesta de cobrar el ingreso a la feria no es descabellada. Pero como se dijo alguna vez en este mismo medio, el problema no es de forma, sino de fondo. La autoridad municipal comenzó al revés; primero debió cobrar, sí, una cuota simbólica, para generar en la ciudadanía la necesidad de una cuota más alta para ofrecer espectáculos de primer nivel.
En el fondo, lo que no tomaron en cuenta quienes propusieron el cobro por acceder al recinto ferial, fue que tarde o temprano el costo pretendido era superior, por ejemplo, a lo que se cobra en la capital del estado.
Hace falta que, contrario a las actitudes asumidas, por ejemplo, por el secretario del Ayuntamiento (y responsable natural de la gobernabilidad del municipio), quien ofreció diálogo y negociación haya sido el primero responsable de la cerrazón vista en este conflicto; hace falta que incluso el mandatario municipal ponga en práctica el cabildeo inteligente y productivo para alcanzar sus objetivos
Y en este sentido habrá que hacer del conocimiento del alcalde Carlos Ixtlapale Gómez lo dicho por el diputado perredista Gelacio Montiel Fuentes, no hay caer “en un juego de antagonismo partidistas” y, por el contrario, hay que “privilegiar los acuerdos de beneficio común por encima de los intereses particulares”.
Si las autoridades municipales de Huamantla no quieren seguir con ese sabor a derrota que puede generar los descalabros o los objetivos truncos e incumplidos, tendrán que replantear el ejercicio político que sugiere el congresista local: “El trance vivido en el Congreso norteamericano y su desenlace, serán el vivo ejemplo […] sobre los límites que deben existir en el juego político partidista, ya que, por encima de los intereses de cualquier fuerza política, están los de la sociedad a la que representan”.
Y bajo el mismo tenor, no quedan en el vacío las palabras de Montiel Fuentes: “Les hago una atenta invitación a valorar esta reflexión tanto a quienes ocupan el Poder […] para que lo valoren, sobre todo de cara al año electoral venidero en el que se corre el riesgo de que las pasiones suban de tono de lo que hasta hoy hemos atestiguado” (El Sol de Tlaxcala, agosto 2011).
Es como lo dijo Donatella de Juir, en el primer número de “Hoguera de Pasiones”: Yo siempre he creído que al pueblo no se le puede regalar todo, pues eso ha fomentado el espíritu paternalista del que tanto hablan los analistas políticos.
Muchas veces nos hemos quejado, en las reuniones y fiestas a las que tengo el honor de que me inviten, de que no es bueno que todo sea gratis, pues, como reza el refrán: “lo que no cuesta, se hace fiesta”. Y apoyo la decisión de nuestro presidente municipal de que se cobre.
Pero, decía mi abuela, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre”. Y la verdad es que sí se me hace exagerado que el acceso al recinto ferial tenga un costo superior a los $ 25.00, pues la situación económica del municipio no está como el horno: para bollos”.
En términos llanos, coincido con Donatella de Juir, cuando afirma: “Yo no sé quién se encarga de diseñarle al presidente este tipo de proyectos, pero lo que sí sé es que, quien lo hace, parece que no tiene un poquito de masa encefálica porque no ve de manera global un asunto tan delicado como este. No vaya a ser que por un mal manejo mediático de esta nueva medida, se venga abajo el proyecto municipal de este trienio”.
Es una lástima que al interior de la Presidencia Municipal no hayan escuchado el sabio consejo. Porque en efecto, el inadecuado manejo mediático fue el que provocó esta especie de derrota política.
Quedan alrededor de 27 meses para la actual administración. Y en breve tiene que definir el futuro que quiere para ese lapso: el enfrentamiento permanente o la conciliación.