URGE LA PREVENCIÓN

22 agosto, 2011

*Existen vacíos ante las emergencias

Los acontecimientos suscitados la semana pasada en El Carmen Tequexquitla son sólo el recordatorio, muy lamentable, de que la cultura de la corrección predomina en detrimento de la cultura de la prevención.

No es la primera ocasión en que ÍNDICEMEDIA (Stricto sensu) hace énfasis en este punto. A propósito de la “la ‘insólita granizada’ que azotó por lo menos a media docena de municipios de la entidad”, hace tres meses, este medio ya había destacado “que en materia de Protección Civil hay un significativo ‘déficit’ y que el trecho por recorrer es largo”.

En la última semana de mayo, se dijo desde esta tribuna: “Por fortuna, no se han presentado otro tipo de desastres en el territorio tlaxcalteca. Pero hasta ahora está pendiente conocer un programa preventivo que detecte sitios y casas vulnerables a cada una de las posibilidades de riesgos naturales o provocados por el ser humano”.

Con la reflexión, este semanario planteó claramente: “Es indispensable que el Instituto de Protección Civil de Tlaxcala (apoyado por sus pares municipales) elabore a la brevedad posible un listado de áreas, edificios y equipos que se conviertan en potenciales riesgos para los habitantes frente a cualquier catástrofe que implique un peligro para la salud o la vida de las personas”.

El listado nunca llegó. Y, en cambio, se adelantó una contingencia que, pese a lo doloroso que resultó –ante la pérdida de la vida de una persona, los daños a por lo menos cuatro empleados y el temor de cientos de vecinos– no implicó daños más severos de los cuales, como sociedad, podríamos lamentarnos.

En la misma edición que hoy recordamos se dejó en claro que: “Los recursos que se inyecten, serán dinero tirado a la basura si no se regula al asentamiento de viviendas en zonas peligrosas o de alto riesgo; los discursos se convertirán en un cúmulo de palabras vacías si no están acompañadas de acciones concretas e inmediatas. Todas las medidas que se tomen habrán sido inservibles si no se adquiere una cultura preventiva”.

Hoy, como si se tratara de un oráculo, constatamos que lo dicho hace tres meses se confirma pese a los llamados hechos para fortalecer la cultura preventiva en el estado.

Pese a ello, nunca se tomó una sola medida para cambiar el curso de la historia. En 2005, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en la entidad ya había multado a la empresa “por mal manejo de residuos peligrosos”, por lo que desde esa fecha se inscribió en el programa de auditoría ambiental y de acuerdo con lo dicho por el delegado de esa instancia, Ramiro de la Cruz Díaz, “hasta el  momento no ha cumplido con los requisitos para obtener la certificación como industria limpia”.

Es cierto lo que dice el secretario de Gobierno, Noé Rodríguez Roldán: “Tenemos que aceptar y enfrentar los problemas de acuerdo a la competencia que cada quien tenga. Nuestro exhorto es que no nos echemos la bolita y que asumamos la responsabilidad  que a cada quien corresponda”.

Pero también es muy cierto que, a ocho meses de haber iniciado los gobiernos estatal y municipales y a menos de dos años de que concluya el gobierno federal, ya es imperdonable que en el corto plazo no se presente un plan de acción para prevenir lo prevenible y más imperdonable que cada instancia involucrada no acepte sus errores y su inacción.

La sociedad exige que antes de que concluya el 2011, cada una de las instancias involucradas con este tipo de temas presente un plan de acción preventivo, basado en el respeto irrestricto a la ley, para que evitemos nuevamente hacer el “recuento de los daños”.

Vale rescatar el discurso que hizo Alejandro Martí en agosto de 2008, cuando retó al gobierno federal a disminuir los índices de violencia e inseguridad: “Señores, si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que esto también es corrupción”.

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