¡QUÉ OSO!

01 agosto, 2011

Por CORAZÓN DE PIEDRA VERDE

Al buscar diversas situaciones y acciones que en ocasiones suelen ser bastante embarazosas, también llamadas “osos”, muchas veces he encontrado en las revistas juveniles y también –de vez en cuando en algunos libros– que el ser humano tiene un cierto nivel de egolatría, narcisismo y otras características como la vanidad que forma parte de su esencia y de su ser.

Realmente existen acontecimientos en los que la persona se ve humillada tan fuertemente o se lastima su ego, que este hecho puede provocarle un severo trauma o por lo menos dejará pequeñas o grandes secuelas psicológicas (dependiendo de la magnitud) o las burlas constantes del círculo social en el que se desenvuelve.

Este tipo de acontecimientos no es tan sencillo de olvidar por completo, o en un plazo corto de tiempo, aunque hay personas que aprenden a burlarse de ellas mismas pues reconocen tener  errores, así cuando les ocurre algo parecido a la humillación o hecho embarazos, aunque sientan vergüenza, se ríen de ellos mismos, demostrando a los demás que nos les molestan las burlas y al famoso “oso” pasa a la historia.

Todos evitamos a toda costa, una situación embarazosa, por lo que las sociedades actuales parecemos marionetas, todo lo hacemos con mucho cuidado, evitamos a toda costa las grietas en la calle y otros “peligros” urbanos; en los bolsillos se acostumbra llevar un botiquín completo, por si algo malo llegase a pasar en el camino; de lo que muchas veces no nos damos cuenta que cada vez estamos pensando en nosotros mismos y nos percatamos las cosas bellas que nos rodean y no disfrutamos, ni nos reímos de nosotros mismos.

Claro está, que no todas las humillaciones son para que soltemos a la carcajada, porque por supuesto algunas afectan a nuestra dignidad, y se crean tantos “traumas” que después terminamos en el psicólogo contándole nuestros errores mientras lloramos recostados en un sillón feo. En ocasiones cometer un “oso” es tan frustrante que las personas llegan a pensar en el suicidio o caen en depresión.

La depresión es otra secuela grave de estos eventos embarazosos y más cuando la persona es humillada por la sociedad y no recibe el apoyo de la misma. La humillación consiste básicamente en la denigración de la persona en público, lo que puede convertirse en una tortura constante.

Existen muchos ejemplos para poder explicar los acontecimientos embarazosos, algunos de estos hechos son inevitables porque no los podemos controlar, además de que son muy frecuentes, por ejemplo: los gases que se escapan del cuerpo cuando nos hacen cosquillas, los eructos, las manchas en la ropa que produce el sudor y el mal olor que este provoca, los barritos y espinillas que salen el mero día de la cita, entre otros más.

También están los que son productos de algún accidente, por ejemplo: un resbalón, una indiscreción, un mal golpe con un poste, confundir a una personas, o alguna otra cosa. La verdad es que sea por lo que sea un “oso” no deja de serlo, pero lo que sí se puede hacer es pensar positivamente pues la mejor opción para no reaccionar de manera inadecuada.

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