04 julio, 2011
Por CORAZÓN DE PIEDRA VERDE
¡Rayos! Qué difícil es crecer… Recuerdo perfectamente que cuando aún éramos pequeños, queríamos ser grandes para poder salvar al mundo, para no recibir más órdenes, para por fin ser libres… es momento de que muchos de nosotros enfrentemos nuestros miedos, estando indefensos ante la crueldad del mundo, es hora de graduarnos y esforzarnos para alcanzar nuestros sueños.
Esta semana en nuestro estado, y en todo el país, es de las más importantes para las sociedades estudiantiles, pues quienes cursaron el último grado de cualquiera de los tres niveles educativos se gradúan para enfrentarse a retos cada vez más grandes. Yo también termino la “prepa” y quiero dedicar estas palabras a mis amigos, compañeros, maestros y a ti que lees esta sección… sólo para recordar los bellos momentos.
De niños, no sabíamos muy bien qué era lo que realmente deseábamos, cuando pedíamos depender de nosotros mismos o cuando queríamos volar sin alas, pues ahora tenemos que salirnos del mundo y del hombre, y no podemos reaccionar sin órdenes y no podemos volar… porque ahora tememos no estar listos y caer al vacío.
Cuando éramos “chamacos” solíamos ser demasiado valientes, los raspones no dolían y no temíamos correr y tropezar porque solo teníamos que levantarnos; ahora el tropezar es nuestro miedo más grande, ya que no tenemos ni idea de cómo volver a empezar. ¡Qué contradictoria es la vida: a los cinco años queremos tener treinta, y a los treinta tener cinco, otra vez!
Durante la primaria, la secundaria y la prepa nos preparamos para enfrentar nuestro futuro y la realidad, pero aún falta por conocer más al mundo y sus sorpresas, pero esta nueva etapa nos va a ensañar a seguir creciendo… Hoy, es el momento preciso para vivir, disfrutar, tropezar, levantarse, gritar, llorar, amar… comer frutas y verduras, porque no toda la vida podremos comer “garnachas”.
Gracias a todos aquellos profesores que dejaron su alma en el salón de clase, pues es gracias a ellos que nosotros adquirimos lo necesario para defendernos y hoy poder graduarnos; al menos yo puedo decir que tuve de los mejores maestros que puede tener el estado, quizá del país a lo largo de mi vida.
Es momento de abrazar a la vida y besar a la felicidad, porque no todos los días nos graduamos, no por siempre tendremos doce, quince o dieciocho años, no siempre podremos mojarnos de regreso a casa o gritar a mitad de la calle a nuestro mejor amigo, ni ver películas de terror comiendo palomitas con chocolate.
Muchas felicidades a todos aquellos alumnos que se gradúan o graduaron en estas fechas, recuerden que los sueños si se pueden hacer realidad si somos perseverantes. Si te caes ¡levántate! Apenas empieza lo mejor de la vida, pero también lo más difícil…