WOODY ALLEN: GENIO DE NUESTRO TIEMPO

11 julio, 2011

“Una relación es como un tiburón; tiene que estar continuamente avanzando o se muere. Y me parece que lo que aquí tenemos es un tiburón muerto.”      Annie Hall, 1979

Por ISRAEL SÁNCHEZ MONTIEL

Esta semana discutí con unos amigos cinéfilos si es más fácil realizar comedia o drama dentro del cien; divagando entre algunos ejemplos para encontrar una respuesta caímos en un personaje cuyo genio, inventiva, personalidad y talento lo han llevado ya a la inmortalidad con la gran fortuna de no haber cumplido con el requisito de ya no estar entre los vivos, me refiero al tanto neurótico pero maravilloso Woody Allen.

Director, guionista y actor estadounidense, su nombre real: Allen Stewart Konigsberg, nació en el seno de una familia judía ortodoxa, de padre taxista y madre contadora. Sus primeros estudios los realizo en una escuela hebrea y luego pasó a la escuela pública de Midwood High School mientras aprendía a tocar el violín y posteriormente el clarinete.

En 1952, con 17 años, adoptó el seudónimo Woody Allen y un año después ingresó en la Universidad de Nueva York para estudiar cinematografía, pero abandonó al tiempo, dedicándose a escribir guiones para televisión. A comienzos de la década de 1960 se lanza como cómico con gran éxito, dándole renombre en el mundo del entretenimiento y abriéndole las puertas para el cine.

Woody Allen comienza su carrera cinematográfica en 1968, cuando filma “Coge el dinero y corre”. En 1979, luego de varias películas y logrando tener el control total sobre la producción, algo poco usual por su juventud, llega “Manhattan”, que lo consagra como director. Es uno de los realizadores más respetados, influyentes y prolíficos de la era moderna.

[]Allen dirigió, escribió y protagonizó Annie Hall (cuyo uno de sus diálogos encabeza esta sección), película considerada por muchos como la mejor comedia de la historia del cine. Protagonizada por el mismo Woody y su primera “musa” y ex-pareja, Diane Keaton con quien hasta la fecha mantiene una gran amistad.

Revisar la filmografía de Allen sería un ejercicio un tanto ocioso son bastantes las  películas en como actor director y guionista nos ha legado.

Su tremendo atrevimiento para criticar satíricamente la religión, la economía, hacer alegorías sobre el sexo y la vida, colocan a Woody como uno de los realizadores fundamentales para todo cinéfilo, se puede amar u odiar a Woody Allen, odiarlo por la perfección constante en los diálogos de sus personajes, es tal su oficio que todo parece moverse tan natural en sus películas aunque algunas rayen el lo surreal.

La inteligencia y agudeza mental son necesarias para deleitarse con la acidez tan particular de sus tramas. Es una comedia que nos hace pensar con el fin de desatarnos una carcajada pero  que invite al autoanálisis, como ir a un divertidísimo psiquiatra que nos proyecta nuestra fobias y memorias para apuntar que a fin de cuentas al vida es un conglomerado de sucesos que nos convierte en estos seres aparentemente preocupados por el trabajo y el dinero pero en realidad solo queremos vivir.

La comedia de Allen y su inconfundible estilo resaltan ante el tipo de comedia fácil que se realiza de manera común – tanto en E. U. como en nuestro país-, deja el cliché para proponer entramados sobre la personalidad que se convierten en universales pensamientos bañados en la ironía y la sátira que nos harán pasar horas de diversión de calidad.

Le recomiendo, estimado lector, Manhatan, Annie Hall, Bananas, El Dormilón, Todo lo que quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar, Vicky, Cristina Barcelona – con una Penélope Cruz formidable- y Match Point – con Scarlett Johanson en esplendor- para comenzar a degustar a este genio de nuestra época.

¡Corte y queda!…

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