18 julio, 2011
por EDGAR R. CONDE CARMONA
Qué tan descompuesto está el ambiente en el Congreso del Estado, que el coordinador de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCCP) del Legislativo, Héctor Martínez García, tiene que entrar al quite para “terminar con rencillas”.
Y la culpa de esta descomposición, lamentablemente recae en el Órgano de Fiscalización Superior, que en los últimos meses se ha mantenido en el ojo del huracán por los señalamientos hechos por diversos sectores políticos como “un garrote político” del panismo y ante las acusaciones por opacidad.
Este espacio se ha dado a la tarea de dar seguimiento a cada uno de los aspectos que se derivan de los cuestionamientos generados por el OFS, particularmente porque se trata de una instancia que, independientemente de los sellos políticos involucrados, debe ser la garante del espíritu republicano sobre la rendición de cuentas.
Pues como bombero, tuvo que entrar al escenario el coordinador de la JCCP de la LX Legislatura; el punto no fue el qué, sino el cómo… y es que en su intervención, a Martínez García se les “chispoteó” que el máximo órgano de gobierno del Congreso del Estado apercibirá al diputado Gregorio Cervantes Díaz, “para que modere sus declaraciones respecto al auditor superior”.
A guisa de chiste de mal gusto, ahora los diputados serán reconvenidos por hacer su trabajo y por cuestionar el trabajo de un empleado de esa soberanía, en lugar de que sea reconvenido el empleado. Esa puede ser la razón de la soberbia con la que actúa el auditor del OFS, Luciano Crispín Corona Gutiérrez.
“Le haremos una invitación para modere sus calificativos… quiero pensar que sus declaraciones han sido por motivos de estados anímicos personales” (El Sol de Tlaxcala, julio de 2011), justificó un Héctor Martínez preocupado porque se salga de control un tema como el que nos ocupa esta ocasión.
El motivo del extrañamiento, se remite a que el diputado aludido, Gregorio Cervantes Díaz, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) llamó “mentiroso e ignorante” (El Sol de Tlaxcala, Julio de 2011) al titular del Órgano de Fiscalización Superior porque proporcionó información falsa respecto a la situación financiera de la dependencia que encabeza.
Desde el punto de vista de las evidencias, Cervantes Díaz no incurrió ni en delito ni en injurias. Máxime cuando el entonces dirigente del priísmo estatal, Ernesto García Sarmiento, acusó al OFS y a su titular de ser el brazo del panismo–orticismo (indicemedia.com.mx, julio de 2011).
En esa ocasión, García Sarmiento puntualizó: “el Órgano de Fiscalización Superior se ha vuelto el brazo represor del PAN. Es necesario poner orden ahí; pero en este momento no vamos a quitar al auditor por una iniciativa específica de nosotros. Esto vendrá de la misma sociedad, de los entes que supervisa porque lo hace mal y va con el garrote de por medio”.
Surge entonces una duda: ¿Por qué el coordinador priísta de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, defiende con tanto esmero a Luciano Crispín Corona Gutiérrez? ¿Por qué ha insistido en “no utilizar calificativos ni epítetos […] que en un momento dado pueden irritar?
Por lo que publicaron los medios informativos, Cervantes Díaz no fue más allá de sus atribuciones. Incluso, al reconocer que “ahora sí es personal, porque él es nuestro empleado y nos falto al respeto con sus recientes declaraciones”, sensata es la propuesta de crear una comisión especial investigadora.
“Existen registros que evidencian la actuación del OFS, donde se beneficia a funcionarios otorgándoles préstamos personales por más de 200 mil pesos, los cuales benefician a un coto de poder sacrificando los derechos del personal que sustenta la función del Órgano”, dijo Cervantes Díaz. Pero aquí tampoco se observan “calificativos ni epítetos” que irriten.
“Yo no tengo conocimiento de que [Luciano Crispín Corona Gutiérrez] tenga el perfil profesional para fiscalizar” fue el otro dicho por el diputado reconvenido. Y sin embargo tampoco se observan “calificativos ni epítetos” que provoquen la irritabilidad de un tercero.
Hace menos de un mes, este espacio cuestionaba al entonces dirigente del PRI en el estado, Ernesto García Sarmiento: “que el dirigente estatal del PRI nos diga a todos los tlaxcaltecas (porque esto es un asunto de interés general), por qué si está claro que el OFS está amañado y es tendencioso, la fracción parlamentaria no ha metido en la agenda legislativa la reestructuración de todo el organismo, para dotar a la sociedad en general de certeza jurídica”.
No fue un priísta, sino un pevemista quien le puso el cascabel al gato. Pero al parecer al PRI no le gustan esos cuestionamientos, sencillamente porque no les gustan las rencillas…