¿COBARDÍA?

04 julio, 2011

Por EDGAR R.CONDE CARMONA

edgarconde@indicemedia.com.mx

Sorprendente. Sencillamente sorprendente resultó, a estas alturas la acusación que hizo el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Ernesto García Sarmiento, de que el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) y su titular –Crispín Corona Gutiérrez– son “el brazo represor” del panismo–orticismo.

Es sorprendente porque en este espacio, por lo menos desde febrero, se ha insistido “que el famoso Órgano de Fiscalización Superior con esos resultados, deriva en una instancia inservible, inoperante y costosa. Baste recordar que en los meses previos al cambio de administraciones, en este mismo espacio, se exigía un actuar responsable y oportuno para evitar que las autoridades que estaban a punto de dejar el cargo cometieran un sinfín de tropelías en agravio del pueblo de Tlaxcala”.

A seis meses de distancia, La rueda del infortunio dijo (febrero 2011): “El Órgano de Fiscalización Superior, es desde hace mucho, el organismo más caro e ineficiente que hemos tenido los tlaxcaltecas y, no obstante, todos los actores políticos tan campantes. Nadie se atreve a poner un remedio para frenar una inoperancia tan cara”.

Resulta entonces que en la entidad, los actores políticos o son autistas o no leen. De otra manera, no hay explicación para que a estas alturas, el dirigente estatal del PRI nos diga que “el Órgano de Fiscalización Superior se ha vuelto el brazo represor del PAN. Es necesario poner orden ahí; pero en este momento no vamos a quitar al auditor por una iniciativa específica de nosotros. Esto vendrá de la misma sociedad, de los entes que supervisa porque lo hace mal y va con el garrote de por medio”.

Que explique con todas sus letras el señor Ernesto García Sarmiento, por qué si el PRI es un partido político, constituido legalmente y representado en el Congreso del Estado, no va a quitar al auditor por una iniciativa priísta.

Que el dirigente estatal del PRI nos diga a todos los tlaxcaltecas (porque esto es un asunto de interés general), por qué si está claro que el OFS está amañado y es tendencioso, la fracción parlamentaria no ha metido en la agenda legislativa la reestructuración de todo el organismo, para dotar a la sociedad en general de certeza jurídica.

Y es que en estos últimos meses, La rueda del infortunio se ha adelantado a este hecho con argumentos sólidos; revisemos: está el caso del ex presidente municipal de Huamantla, Eduardo Bretón Escamilla, quien al comenzar febrero dio a conocer que en ningún momento estuvo inhabilitado por las supuestas acusaciones de las que fue objeto por malversación de fondos públicos.

“Lo grave es que las mentiras, a pesar de que las acusaciones hechas contra el ex alcalde en los periodos 1995–1999 y 2005–2008  fueron falsas y carentes de sustento legal, e impidieron que el caso tuviera un seguimiento apegado a estricto derecho. ‘Dichas autoridades sólo aplicaron lo escrito en la ley que les convenía, pero nunca aplicaron las normas o procedimientos que los comprometían’, apunta en su carta el ex edil, a la sazón acusado de disponer recursos públicos y de no haber cubierto innumerables adeudos”.

Luego estuvieron los casos de Alex Ortiz, Felipe Sánchez Lima y Juan García Espejel, quienes. Sobre este particular, se dijo en este espacio: “Luego, la acusación contra Alex Ortiz nos deja una lectura: fue uno de varios ‘chivos expiatorios’ que se utilizaron para desviar la atención de la opinión pública de la verdadera dimensión que representan los daños patrimoniales contra las municipios de toda la entidad e incluso contra el Gobierno del Estado”.

En esa ocasión esta columna dejó muy claro que: “los primeros obligados a subsanar todos los errores que ha cometido el OFS durante los últimos años, son los Diputados Locales, quienes tienen la obligación de actualizar las leyes que existen al respecto y vigilar el correcto funcionamiento de este organismo que pone a Tlaxcala en situación de vergüenza y deshonestidad”.

Todavía el 27 de febrero de este año, a propósito del extravío de animales del zoológico de Tlaxcala, “Estos son algunos de los graves problemas que vivimos en Tlaxcala, gracias a una falta de profesionalización y seriedad por parte del personal del Órgano de Fiscalización Superior. Resulta que en muchos casos los encargados de esta instancia, dejaron sus labores desde las 10 de la noche del pasado 14 de enero y no atestiguaron el proceso hasta las cero horas del día 15, como lo marca la Ley”.

También desde esta trinchera se puso sobre la mesa de discusión, la primera semana de marzo, las severas irregularidades que se detectaron en el hospital de Huamantla: “Ni los diputados de la LIX Legislatura ni los de la LX Asamblea, y mucho menos el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) han sido capaces de detectar las irregularidades en que se incurrieron los responsables de una obra que representaría la atención a una necesidad apremiante para más de 190 mil usuarios de la zona oriente de Tlaxcala”.

Esa misma ocasión, La rueda del infortunio señaló: “Este es el botón que corrobora esta tesis. El Órgano de Fiscalización Superior es una instancia que resulta en otro elefante blanco, particularmente cuando esta instancia ha dejado pasar, por comisión o por omisión, estas pifias que lesionan severamente el patrimonio de los tlaxcaltecas”.

Un mes más tarde, también se analizó en este espacio que “a casi tres meses del cambio de autoridades, el titular del OFS reveló que tanto los ex presidentes municipales como algunos alcaldes actuales se niegan a tener acercamientos para solucionar el conflicto. ¿Y, entonces, la ley… quién la cumple, quien la aplica? ¿Acaso no existen sanciones para los ex funcionarios o los que están en activo, en caso de no cumplir con sus obligaciones?”

Al respecto, La Rueda del infortunio cuestiono: “Bajo la perspectiva del titular del OFS, corresponde a los Ayuntamientos “denunciarlas [las irregularidades], así de fácil”.  ¿Entonces, qué papel juega el OFS? Suena a duplicidad de funciones, a ineficacia, a burocratismo”.

Todavía hace un mes, esta columna destacó: ““Los anteriores diputados tuvieron que haber actuado: hubo omisiones y falta de acuerdos, ya que los ex alcaldes argumentan, en algunos casos, que no les dieron la oportunidad de defenderse y que, incluso, no les aceptaron sus cuentas”. Así de clara, lapidaria, es la radiografía que presenta Alejandro Aguilar López, presidente de la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso del Estado, al dar a conocer que el incumplimiento y la demora en la entrega de las cuentas públicas del 2010 fue culpa de los diputados de la legislatura anterior”.

“En este sentido vale hacer notar que a pesar de que en las declaraciones Aguilar López asegura que la LX Legislatura procederá con mano dura en contra de los ayuntamientos vigentes que incumplan con la presentación oportuna de sus cuentas públicas, hoy quedan serias dudas para confiar en el OFS que ha sido evidenciado como un instrumento de control y represión política. El fantasma de que dicho organismo nuevamente se convierta en lo mismo, lo deja como un órgano parcial, inútil, inservible” (12 de junio).

¿Con estas pruebas, qué esperan entonces los integrantes de la fracción priísta en la Cámara de Diputados para presentar una iniciativa con la cual se atiendan estas deficiencias en el OFS? ¿Para qué entonces están los diputados si lo que sugiere Ernesto García Sarmiento es que “esto vendrá de la misma sociedad, de los entes que supervisa”?

No señor Sarmiento. Los Tlaxcaltecas exigimos un actuar responsable, enérgico, sin miedo. Es lo menos que exigimos al partido en el gobierno.

 

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