UNA MARAVILLA: BLADE RUNNER

06 junio, 2011

Por ISRAEL SANCHEZ MONTIEL

Recientemente tuve un encuentro retro con el futuro… suena extraño pero es cierto, reviví la magnificencia de la ciencia ficción en uno de los hitos del cine del género, me refiero a la maravillosa Blade Runner de Ridley Scott.

Situada en un futuro imaginario pero que cualquiera puede confundir con las calles suburbanas del actual Tokyo o el mismísimo DF, Blade Runner narra la historia situada en Los Ángeles en Noviembre 2019. En un futuro de neón, publicidad ubicua y vapores masticables, Harrison Ford persigue, por una deshumanizada y mestiza megalópolis, unas máquinas con ansias de inmortalidad.

¿Qué decir de uno de los grandes clásicos de la ciencia-ficción? Magistral en su desarrollo, brillante en su formato, inquietante en su trasfondo. Tras “Alien” (1979), Ridley Scott vuelve a deleitarnos con otro film insuperable, sublime, adulto. “He visto cosas que ustedes no creerían.

 Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir…”. Ante frases como ésta, poco más se puede añadir. Blade Runner… ¡Incluso el título es perfecto! La construcción de los personajes, el desarrollo visual son soberbios.

Detenidos en el tiempo en lo que parece una noche perpetua, en un futuro sombrío donde la línea entre la humanidad y la deshumanización ha sido prácticamente borrada, Blade Runner es la muestra de una idea inquietante sobre la diversidad y quizá la existencia y su temporalidad. Con un Harrison Ford en el que quizá es su papel más trascendental de su carrera, este film nos sorprende y nos atrapa, hipnotiza con su atmosfera húmeda y casi onírica.

Acompañada de los acordes inconfundibles del griego Vangelis Papatanasius que nos provoca una paradoja deliciosa entre la incertidumbre del futuro y  la certeza del reconocimiento de los sonidos del sintetizador que marcaron la era de los  años ochenta, pero que dan una combinación sublime junto las escenas de los autos surcando el cielo gris de los Ángeles, las persecuciones y los  momentos de tensión y resolución que Ridley Scott captura para crear un clásico imperecedero, que ha fascinado a generaciones enteras desde su debut en 1982.

Su trama es actual y viva, es un filme que el tiempo pareciera respetar en demasía y que si usted, estimado lector, tiene a bien revivir o mirar por primera vez, prepárese para ser sorprendido y maravillado.

Blade Runner, junto con Alien, son los referentes ineludibles para el género, con uso de efectos pero no el abuso de ellos, sus historias y conflictos son los pilares de la longevidad que gozan. 

Finalmente, reitero al invitación a comentarios y sugerencias en la siguiente dirección electrónica: azulicaro@gmail.com y concluyo resaltando que como reflejo del imaginario colectivo con un toque singular, este Sci-Fi de antología debe estar en la Videoteca de todo cinéfilo, aun si no se es admirador de la ciencia ficción, Balde Runner es una visita obligada al futuro de 1982.

¡Corte y Queda!

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