27 junio, 2011
Por ISRAEL SÁNCHEZ MONTIEL
“¿Tons qué?… Nos echamos otro tequesquite brujo porque ya estamos perdiendo altura… qué le cantamos una canción a las jainitas?… Haz gárgaras. ¡Qué viernes hasta parece sábado!…
Posterior a este diálogo suenan las notas de la canción que Tin-Tan Marcelo entonara en la última parte de “El Niño Perdido”. Diálogo muestra del caló tan particular y el estilo púnico de a quién hace referencia la columna Delicatessen de esta semana en ÍNDICEMEDIA: Germán Valdés Tin-Tan.
Germán Cipriano Gómez Valdés Castillo, mejor conocido como Tin-Tan, nació el 19 de septiembre de 1915, en el Distrito federal para luego emigrar a Chihuahua donde comenzaría su carrera artística como La Chiva.
Paco Miller es el descubridor de sus talentos que dieron primera nota en la radio local, así entonces, el propio Miller lo lleva en su caravana artística dónde Germán conocerá a su inseparable “Carnal” Marcelo Chávez.
En un suspiro se puede ir la reseña biográfica del genial Tin Tan, pero su legado permanece, es longevo, en las últimas décadas ha sufrido una revaloración que en vida lamentablemente no tuvo.
Sus últimos años de trabajo optó por papeles secundarios en una industria fílmica penosa sumergida en el cine de ficheras y albures que nada bueno y ningún legado dejaron a nuestro cine.
Un artista completo, inteligente, Indisciplinado, parrandero, desorganizado, mujeriego, impuntual, pero inteligentísimo, alegre, simpático, bondadoso, generoso y muy trabajador y profesional, Germán Valdés se alza como un ícono de la época de oro del cine mexicano.
Actor de doblaje, cantante y bailarín, con dotes innegables de los cuales hacia gala en cada presentación, nuestro ilustre pachuco gozó de una popularidad enorme, teniendo en su haber un centenar de películas y así elevarse a niveles superlativos incluso para ser invitado por los Beatles a formar parte de su portada en el disco Sgt Peppers.
Dentro de los filmes más representativos resalta la inigualable “El Rey del Barrio” bajo la dirección de Gilberto Martínez Solares, en la cual Tin-Tan se despoja de su indumentaria de pachuco para convertirse en el tipo buenazo del barrio, una especia de “héroe urbano” pasando por jocosa aventuras con su estilo tan personal.
Inclusive en mismísimo Charles Chaplin reconocía el talento en Germán Valdés diciendo que alguna vez si existía un comediante con quien nunca le hubiera gustado actuar, ése era Tin Tan, pues llena tanto la pantalla que no cabrían dos de su tamaño.
Al ya largo camino desde su desaparición -27 de junio de 1973- Germán Valdés es un legado permanente de talento y comicidad, con su único e inigualable estilo lo alza como unos de los actores trascendentales de nuestra industria fílmica; cada día existen más festivales y muestras en su memoria en una época donde el reconocimiento que le falto en vida lo lleva a un rincón inmortal en nuestro corazón como cinéfilos. ¡Larga vida al Rey del Barrio! ¡VIVA Tin-Tan!
Corte y queda…