06 junio, 2011
Por EDGAR R. CONDE CARMONA
edgarconde@indicemedia.com.mx)
“Sorpresas te da la vida”, reza una canción. Y a veces las sorpresas son agradables y positivas. Sobre todo cuando se trata de la visión de dos adolescentes quienes, actualmente difícilmente se preocupan por lo que ocurre en su comunidad.
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un acto en el que dos estudiantes del sexto grado de bachillerato de una institución en Huamantla, presentó un proyecto para la materia de Ciencias Políticas.
Dicha propuesta tiene como objetivo detectar un problema social real de su comunidad, estudiar las causas y consecuencias de esa dificultad, enmarcarla dentro de un sello teórico y finalmente sugerir una propuesta de solución. En este caso, la pregunta lacerante: “¿Está en riesgo la denominación de ‘Pueblo Mágico’ para Huamantla?”
Pero más allá de lo anecdótico y emblemático que resulta este caso, lo que llama poderosamente la atención es la visión que tienen los jóvenes, respecto a un aspecto al que se supone puede llamar la atención para este sector de la población.
Con el análisis realizado por las dos preuniversitarias, de inmediato surgieron algunas ideas que me animaron a escribir sobre este tema.
De acuerdo con la perspectiva de las estudiantes, el programa “Pueblos Mágicos” representa para Huamantla ciertos beneficios como: “vivir en un lugar más bonito, limpio, tranquilo, con actividades culturales que atraigan a los turistas para que gasten su dinero en los negocios de Huamantla y así se generen más empleos y mejore nuestra calidad de vida”.
Además, sugieren las adolescentes: “al entrar a este programa [el municipio] puede solicitar más apoyos económicos para la mejora de la imagen urbana, infraestructura, capacitación y promoción; [así como] implementar reglamentación para la mejora en imagen y otros cambios; [incrementar] el renombre, reconocimiento y popularidad del pueblo a nivel mundial; [y promover que] el turismo local se constituya como una herramienta del desarrollo sustentable de las localidades incorporadas al programa [de tal suerte que ] los comercios de artesanías se convierten en una actividad redituable y a su vez una opción de negocio, de trabajo y de forma de vida”.
Casi a mitad de su presentación, las señoritas llegaron al punto que me ocupa esta semana: ¿Por qué está en riesgo el programa? En su intervención, las exponentes sugieren algunas causas principales, o al menos las más visibles para ellas: falta de información, difusión y concientización hacia la ciudadanía y los turistas, mala imagen urbana, tanto en el estado de las calles como en la limpiezas de estas, el abuso del perifoneo, y la falta de control sobre el ambulantaje.
Desconozco si las áreas de la administración municipal ya detectaron estas circunstancias que ponen en riesgo el programa de “Pueblo Mágicos” para Huamantla.
Lo que sí tengo certeza es que hasta el momento, a casi cuatro meses de trabajo, poco o nada se ha hecho para subsanar las carencias, deficiencias u omisiones en esta materia, sobre todo porque la información, difusión y concientización no se hace de manera general, metódica y dirigida.
Persiste la mala imagen en una gran parte de las calles de la ciudad (se eternizan los baches, falta el alumbrado público –como en el caso de la calle Matamoros, entre Juárez y Reforma–, muchos comercios siguen apartando lugares en la vía pública, hay basura dispersa; no se ha reubicado el servicio de transporte público urbano y foráneo, y el tianguis sigue siendo un latente peligro para la población en general).
Por si fuera poco, el uso y abuso del perifoneo se ha convertido en uno de los principales generadores de contaminación auditiva y ambiental (pues en muchos casos se apoyan en vehículos en deplorable estado mecánico que genera una gran cantidad de contaminantes del aire); tanto que la propia presidencia municipal y las presidencias de comunidades hacen uso de esta herramienta.
Finalmente, la autoridad ha sido incapaz de controlar y erradicar el comercio informal o ambulante, debido a que en muchas zonas alejadas del centro de la ciudad puede verse que se instalan nuevos “puestos” de mercancía diversa, antojitos y alimentos. Baste ver que el Parque y la avenida Juárez es el sitio de los expendedores de comida rápida y frituras; o que frente a Súper Che también los comerciantes incluso han invadido las aceras sin siquiera ser reconvenidos.
En pocas palabras, el camino por recorrer es largo, mas no imposible.
Lo que me llama la atención es que bajo la tesis presentada por las alumnas, el programa federal dejaría de esta en riesgo de perderse si cada una de las partes involucradas asume su responsabilidad de manera activa, dinámica, eficiente.
Por ejemplo, el Ayuntamiento está obligado a generar los reglamentos que regulen las diferentes actividades para lograr que cada propósito se alcance de manera satisfactoria. Recordemos que nuestra democracia se rige bajo el imperio de la Ley y nos hay otra opción que dar observancia general e irrestricta a las normas que nos rigen.
Además, la comuna tiene frente a sí el reto de vencer la resistencia de la sociedad al cambio, solventar su crisis financiera, y dar a conocer a la ciudadanía de las partes y acciones de las que consta el programa y sus características.
La gente de a pie, los ciudadanos, también jugamos un papel definitivo en esta cruzada por rescatar el programa de “Pueblos Mágicos”, según estas jovencitas: ayudar activamente a mejorar nuestro pueblo, ya que todos somos Huamantla, si tenemos un negocio en el cuadro principal de la ciudad, retire lonas y evite exhibir mercancías fuera de su local, no utilice sonido fuera de su negocio.
Además, piden encarecidamente a las empresas repartidoras de gas LP y a los anunciantes para que busquen una solución creativa, tener una actitud positiva, haciendo el bien a todos, hacer conciencia en las escuelas de lo que significa la denominación de “Pueblo Mágico”, difundiendo cómo nos puede ayudar y aportar para continuar eficientemente con el proyecto.
Finalmente, sugieran las alumnas, “seamos amables y dediquemos un minuto de nuestro tiempo para dar información a quien nos pregunte cómo llegar a algún lugar, promocionemos Huamantla, los primero que debemos hacerlo somos los que pertenecemos a este pueblo. Presumamos e invitemos a conocer nuestro municipio, limpiemos, unámonos en equipo para que sea más fácil mantenerlo así, barriendo el frente de nuestra calle, retirando propaganda vencida; hay muchos balcones y si tienes uno adórnalo con flores y macetas, los turistas querrán una foto”.
La autoridad tiene la última palabra.